Flavio A. Rodríguez
Querétaro, como urbe metropolitana en expansión, está en un momento clave para aprender y aplicar con sabiduría sobre las experiencias urbanas internacionales.
Tomando ejemplo de lugares como Barcelona y Ámsterdam, donde la movilidad sostenible es prioritaria, podemos impulsar más carriles exclusivos para bicicletas y mejorar la infraestructura peatonal. Siguiendo el ejemplo Singapur en la gestión de residuos, podríamos implementar programas de separación y reciclaje junto con incentivos para reducir el consumo de plásticos de un solo uso. Podemos mirar destinos como Kioto, Japón, para conservar nuestro patrimonio histórico mientras nos adaptamos al turismo moderno de manera sostenible, pues es vital desarrollar estrategias para preservar y promover nuestros sitios emblemáticos, evitando su gentrificación. Debemos enfocarnos en el diseño urbano inclusivo, tomemos lecciones de ciudades como Copenhague, priorizando la accesibilidad universal en espacios públicos, edificaciones y paradas de transporte público para beneficiar a toda la comunidad. La educación y concientización de la población serían fundamentales para el éxito de estas iniciativas.
Además de estas estrategias puntuales, la consolidación de áreas residenciales alejadas fortalecería el tejido social y mejoraría la calidad de vida. Al integrar estas lecciones globales en nuestra visión para el futuro de Querétaro, podemos construir una ciudad más equitativa, próspera y en armonía con su entorno natural y cultural.
MT
