Es de una enorme complejidad construir nuevas instituciones funcionales, concretar ese segundo piso de la pretendida transformación. Lo es, sobre todo, cuando faltan herramientas y, sobre todo, cuando la herencia recibida no incluye recursos y sí una cauda de compromisos, obras inconclusas, déficit, deudas y algunos colaboradores empeñados en hacer valer su dogma o, peor aún, en dar rienda suelta a sus intereses personales.