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El pasado 10 de diciembre la presidenta Sheinbaum dijo que la nueva estrategia nacional de seguridad es sostenida por la atención conjunta de las causas de la violencia y lo refrendó en su primera conferencia del pueblo de este año

7 de enero 2025

Mario Maraboto

El pasado 10 de diciembre la presidenta Sheinbaum dijo que la nueva estrategia nacional de seguridad es sostenida por la atención conjunta de las causas de la violencia y lo refrendó en su primera conferencia del pueblo de este año.

Manifestaciones de violencia ha habido en todo momento en el país, algunas más recordadas que otras como Tlatelolco, la matanza de campesinos en Sonora (1975), o la de indígenas en Acteal (1997), la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa (2014) y especialmente los muertos durante la celebración de la Independencia, en Morelia (2008) que marcó el inicio de los actos violentos por parte del crimen organizado hacia la sociedad civil. Y ni qué decir de los casi 200 mil asesinatos en el sexenio pasado.

El Dr. Rodolfo Gamiño, académico del Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana, experto en militarización, desaparición forzada y violencia, expresó en una entrevista realizada por Laura Herrera Camarillo y publicada en el portal de la misma Universidad, que el problema de seguridad en México aumentó durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari, al poner fin a la centralización de las fuerzas policiales, entonces concentradas en la Dirección Federal de Seguridad (DFS) desde los años 40. Según él, “la DFS mantenía a raya las relaciones Estado-narcotráfico y particularmente en los años 60, 70 y 80, cuando se formaron los cárteles más fuertes en México. La DFS se encargaba de la regulación y la administración de la venta, el trasiego y todas las ilegalidades alrededor del narcotráfico”.

Gamiño agrega: “en el caso de los cuerpos policiacos, en vez de mantenerlos centralizados, delega a los estados la capacidad de administración de grupos delincuenciales, del narcotráfico, etcétera. Ahí es donde viene el conflicto porque entonces, ya no sólo son los estados quienes están administrando los procesos de migraciones, trasiegos, etcétera, sino que también grupos de narcotráfico sin una regulación nacional como había existido desde los 40, 50, 60, 70, 80 y 90”.

La presidenta Sheinbaum ha identificado entre las causas de la violencia: la pobreza, la falta de educación de calidad y de acceso a trabajo de los jóvenes, y la presencia de cárteles de la droga en algunas regiones del país. Esas causas no se resuelven distribuyendo dinero entre los pobres, creando universidades “patito”, dando a la juventud trabajo de aprendiz por un sueldo simbólico, ni mucho menos abrazando a la delincuencia organizada.

Pero, al parecer, se empieza a reconocer las relaciones estado-narcotráfico. El operativo “Enjambre” busca desarticular redes de funcionarios vinculados con el crimen organizado en el Edomex, lo que llevó a la fuga del alcalde recién electo en Santo Tomás de los Plátanos; pero también se ha dado la detención del alcalde en Frontera Comalapa, Chiapas, por nexos con el crimen organizado.

Es poco, pero por algo se empieza. ¿Será que ahora sí se atiende a las causas de la violencia identificadas por Gamiño, o es el golpe mediático de cada inicio de sexenio?

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