El panorama desalentador de nuestro país: Carlos Olguín

Hace algunas semanas comentaba aquí que nuestro país estaba mucho más cercano en varios sentidos a las imágenes desgarradoras de Ecuador, y desafortunadamente empezamos a constatarlo.

Los periódicos nacionales dan cuenta de la sobre-saturación de cadáveres tanto en hospitales, como en funerarias; al punto que la Asociación Nacional de Directores de Funerarias, en entrevista con el Universal, aseguró que en el Valle de México, operando al 100%, hay una espera de 24 a 36 horas para cremar cuerpos.

Ya en el ISSSTE Zaragoza se documentó la renta de un tráiler para trasladar cuerpos a Dios sabe dónde, lo que representa una llamada de atención para el resto del país, pues no es una situación que acontecerá sólo en la CDMX: ahí llegó primero y va adelantándose al resto de la nación, eso debe quedarnos muy claro, ya que es donde más personas hay, y un espacio geográfico muy reducido.

Por otro lado, durante abril se perdieron más o menos 20 mil empleos diarios, mientras que mayo según el propio Gobierno Federal, será el peor de todos los meses en materia de desempleo y de muertes.

Acumulamos más de 600 mil desempleados formales, no obstante, ese número habría que multiplicarlo por 5, que es más o menos la tasa de empleo informal en el país.

Esta cifra es ya mucho más representativa de la realidad, pues al igual que con los – ocultos – números de contagio, estaríamos en más de 3.5 millones de personas que se han quedado sin ingresos, y tal vez me quede corto. Lo anterior es un reflejo inmediato de los altos niveles de inseguridad del país aunados al aislamiento.

En respuesta a esto, el lunes 11 de mayo de este año, se publicó un decreto para poner al ejército y MARINA en las calles bajo las ordenes de la Guardia Nacional, hasta 2024, ¿les preocupan las violaciones de derechos humanos y lo recomponen con el ejército?, eso demuestra el total fracaso de la estrategia de seguridad en el país.

En medio de todo esto, con la supuesta austeridad de reducción de salarios a altos funcionarios, la tercera o cuarta en lo que va del sexenio, se ve borrada por los ya innumerables escándalos de corrupción de la 4T. Presento algunos ejemplos:

El compadre de la Secretaria de Energía se hizo acreedor, con una empresa creada en agosto de 2019, de una adjudicación directa del IMSS CDMX por 110 millones de pesos, asimismo, la casa de campaña de AMLO resultó ser propiedad de un compadre de Bartlett y socio de su hijo que acaba de ser adquirida por MORENA. También podemos contar a la CONADE, con sus desvios de recursos y empleados fantasma, las multimillonarias adjudicaciones al grupo Salinas y a Carlos Slim, y un largo etc. Tantos escándalos que, en lugar de descontar salarios, deberían cuidarse bien los recursos.

Estamos en medio de la que probablemente será la peor crisis que nos tocará vivir en muchos años, y lo estamos de la mano de un líder que resulta poco propicio para estas condiciones. Eso nos deja muy vulnerables a acciones dictatoriales, pues no hay verdad absoluta en nada, sólo lo que él dice es verdad, pero nunca muestra datos.

Acabo con sus palabras con la ola de violencia familiar que se está dando en el mundo, re victimizando a todas las mujeres, niñas y niños que la sufren y son ignorados. También, dice que la pandemia está controlada y vemos por muchos medios la realidad de los hospitales, ahora ataca a las Benditas, que se convirtieron en Malditas redes sociales, y que ahora son el centro de ataque la 4T.

En México se están ocultando datos de manera deliberada, por ejemplo, saque usted sus conclusiones desde que iniciaron los contagios hasta el dia de hoy se han aplicado 31 522 pruebas y llevamos 36 327 casos confirmados ¿Que alguien me explique?, esto lleva a deducir que la inmensa mayoría de diagnósticos de COVID19 es clinica.

No hay pruebas ni para los médicos y un paciente que puede presentar síntomas, pero no tenerlo, es de inmediato canalizado a las áreas COVID, con lo que los riesgos de contagio y propagación se potencializan.

Además, se les pide y exige a médicos, médicas, enfermeros y enfermeras, que se entreguen sin absolutamente nada a cambio: sin seguros de vida, protección en equipo o pagos extras, un comportamiento que, más que heróico, parece temerario. Todo ello con una sola responsabilidad que aparece diario en el pulpito presidencial.