El pasado viernes tuvimos la fortuna de celebrar otro año a todas aquellas mujeres que dan su vida y su tiempo los 365 días del año sin descanso ni paga alguna
Laura Casados
La persona más importante de nuestra vida y una de las que deja mayores aprendizajes, es alguien que nunca te fallará y si lo hace debemos de comprender que no somos perfectos, cometemos errores y siempre merecemos una segunda oportunidad.
El ser madre no solo es pasar los nueve meses y dar a luz, se podría decir que a comparación de todo sería la parte más sencilla, pero el ser madre va mucho más allá de eso.
Tiene más que ver con el apoyo y amor incondicional que da, la motivación, la seguridad que te hace sentir de que todo estará bien en los momentos más difíciles o que no encuentras salida por ti mismo, el acompañamiento en el desarrollo de cada uno de sus hijos, la unión por la que lucha que se tenga dentro de la familia, las enseñanzas que otorga y el amor que demuestra día a día y que a pesar que se tienen malos ratos por diversas circunstancias, muchas veces ajenas a ella, ya que no es nada fácil y no importando que le digamos o demostremos en diversas ocasiones “ya no te quiero mamá” ella siempre seguirá al pie del cañón con nosotros y no nos dejará caer.
Sabemos también de muchos casos en los que suelen abandonar a los niños por no creerse capaces o no tener las condiciones necesarias para darles una buena calidad de vida o por cuestiones de trabajo que alguien más tenga que hacerce cargo, pero la verdad es que no existe a la fecha un manual en donde te diga que hacer, cómo hacerlo y cuáles serán las consecuencias y finalmente que todos somo humanos y cometemos errores, lo importante aquí es remediarlos de la mejor manera.
Tuve la fortuna de no solo tener una sino dos grandes mujeres a las que pude llamar mamá y que gracias a ellas soy quien soy ahora, desafortunadamente una de ellas partió a principios de este año, pero eso no hace que deje de ser mi segunda madre ya que todo su trabajo lo realizó conmigo durante 27 años y ahora permanecen conmigo todos sus frutos que día con día fue sembrando en mí.
Así que infinitas gracias a esas bellas mujeres que hacen de nuestras vidas un lugar mucho mejor.