Creo que es un buen momento para entender que el país va a requerir de nuestra colaboración para levantarnos de la devastación por la pandemia y eso incluye pensar en el desarrollo de todos y todas

Angélica Camacho/ Profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.

Quienes me conoces saben que amo a las mascotas, particularmente perros y gatos, y han experimentado que los sofás en mi casa son usados más por los perros que las personas; sin embargo en los últimos 10 años he visto una transferencia del amor hacia los animales a quienes hemos empezado a tratar como humanos, incluso, forzándolos a tener actitudes que les hagan parecer personas, vistiéndolos con ropa que nos divierte, festejando su cumpleaños con fiestas y gastando dinero en cantidades excesivas.

Usted podrá decirme que a mí qué me importa, es su dinero y tiene razón, pero igual quiero seguir con mi reflexión.

Como humana y preocupada por el trabajo ciudadano que debemos hacer todos y todas en todos los niveles, organizaciones, asociaciones civiles, etcétera, creo que es un buen momento para entender que el país va a requerir de nuestra colaboración para levantarnos de la devastación por la pandemia y eso incluye pensar en el desarrollo de todos y todas.

Hay organizaciones civiles, IAPs, ACs, fundaciones, agrupaciones religiosas y laicas que están y ha estado preocupadas por la niñez, así como por las y los jóvenes para que tengan la oportunidad de buscar el desarrollo personal.

Hoy mismo la necesidad de buenas clases nos da la oportunidad a muchos de colaborar con quienes no tienen acceso a internet, tampoco a sistema de cable y, peor aún, no tiene una pantalla para recibir clases desde casa.

Cualquier estudiante de preparatoria en adelante puede donar tiempo y clases; puede hacer tutoriales, preparar material, enseñar a un docente a usar la tecnología. Todos podemos dedicar tiempo para colaborar con y sin dinero.

Si tuviéramos un poco de empatía y volteáramos a ver lo que hace falta en nuestro entorno para entender las necesidades de los más vulnerables como la tenemos con nuestras mascotas, podríamos contribuir muchísimo con nuestra sociedad.

Cuando piense en sus perrhijos o gathijos, le invito a también en los hijos humanos de otros que están pasando por una época en la que todo, absolutamente todo es oscuro.