Estoy seguro de que varios de los que me están leyendo han escuchado algo sobre lo que está pasando entre Ucrania y Rusia
Hugo Lora
“No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”, frase atribuida a Albert Einstein después de la Segunda Guerra Mundial. El mensaje no puede ser más claro: los alcances de las armas modernos son tales que podrían regresarnos a la época de las cavernas.
Estoy seguro de que varios de los que me están leyendo han escuchado algo sobre lo que está pasando entre Ucrania y Rusia. El día de hoy no pretendo dar una sinopsis al respecto, quiero reflexionar sobre uno de los peores males de la humanidad: la guerra. Porque muchos de nosotros la conocemos solo por libros o películas, pero hoy es una realidad y algo que está afectando la vida de miles de familias que hace algunas semanas vivían tranquilas.
Desde hace miles de años, la ambición de unos pocos ha terminado con las vidas de muchos y esto no ha cambiado. Tal vez, en esos momentos en los que no se podía ver más allá de lo que el ojo alcanzaba, el miedo a una amenaza externa era latente y extenuante. Pero hoy, en este mundo globalizado, podemos darnos cuenta que no existen distancias ni diferencias que no puedan ser abatidas, todos somos parte de una sola especie que habita el mismo lugar; podemos darnos cuenta de que estas ‘diferencias’ creadas por nosotros mismos solo han causado un sinfín de sufrimiento sin sentido; que esta ‘historia’ que tanto nos han enseñado que nos une, muchas veces nos separa; y que este planeta no debería de estar dividido por líneas imaginarias que fueron trazadas por personas que hoy ya no están con nosotros.
Aunque lo sintamos muy lejos, hoy tenemos una responsabilidad: alzar la voz en contra de este tipo de actos, porque, a pesar de que pensemos que estas palabras no tendrán ningún efecto, el silencio es mucho peor.