Raúl D. Lorea
Los eventos como el Mundial de Futbol nos permiten conocer otras culturas y aprender de ellas. Japón, como siempre, marca el ejemplo con dos sucesos importantes: la limpieza de las gradas tras cada partido y el Director Técnico japonés al pedir perdón a la afición tras su derrota.
También es una nación ejemplar en materia de movilidad, no sólo cuenta con un excelente sistema de trenes, cosa que en México ha sido un problema implementar desde hace varios sexenios, sino que la movilidad en vehículo particular es intencionalmente costosa y requiere una evaluación muy compleja para la obtención de licencia de manejo.
Pero, lo que más me llamó la atención, es que para obtener un auto, se necesita demostrar (con un riguroso trámite) que se tiene espacio para guardarlo sin dejarlo en la vía pública, por eso en sus vialidades secundarias y terciarias (de circulación local) no se ven automóviles estacionados. ¿Se imagina, amable lector(a), cuántas personas se quedarían sin auto en nuestro país sólo con ese requisito?
El problema, en México, y, particularmente, en Querétaro, es que, muchas de las personas obtuvieron su automóvil para evadir la mala oferta del transporte público y es que en Japón los trenes son simplemente puntuales.
Tan solo en 2017 salía al mundo la noticia de que una compañía ferroviaria japonesa publicó un comunicado por haber ocasionado molestias a sus pasajeros al haber salido, uno de sus trenes, con la increíble anticipación de ¡veinte segundos a la hora programada!
¿Qué le dejaremos de positivo a las naciones que nos visiten dentro de 4 años?