De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, más del 29% de las mujeres mexicanas han sufrido violencia económica a lo largo de su vida, lo que equivale a casi 19 millones de mujeres.
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Puede incluir la prohibición de trabajar, el control total del salario de la víctima, el manejo de las finanzas sin su consentimiento o la negación de recursos básicos como alimentos o medicamentos.
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Un ejemplo común es cuando una mujer trabaja, pero su pareja se apropia de su salario o le asigna una “mesada” estrictamente controlada, dejándola sin poder tomar decisiones sobre su propio dinero.
Es un delito en México, reconocido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Aunque aún es poco denunciada, las autoridades están obligadas a actuar ante casos de este tipo de violencia.
Sin embargo, el acceso a la justicia puede ser lento y frustrante, ya que muchas veces las pruebas de este tipo de abuso son difíciles de reunir.
Ejemplos de violencia económica
Prohibir a la mujer trabajar o estudiar.
Tomar decisiones financieras sin consultarla.
Obligarla a entregar su salario o ingresos.
Controlar el acceso a alimentos, medicamentos o servicios básicos.
Negarse a pagar la manutención de los hijos o los gastos del hogar.
Destruir documentos importantes (identificación, títulos, etc.).
Obligar a la víctima a pedir prestado dinero.
Vender bienes de la víctima sin su consentimiento.
¿Cómo identificar la violencia económica?
Detectar la violencia económica puede ser difícil, ya que a menudo se camufla como “cuidar” o “proteger”.
Algunas señales de alerta son:
Control total sobre el dinero: El agresor decide cómo se gasta el dinero y limita el acceso de la víctima a los recursos económicos.
Negación de recursos: La víctima no tiene dinero para cubrir sus necesidades básicas o para trabajar.
Desvalorización del trabajo: El agresor menosprecia el trabajo de la víctima o le impide trabajar.
Aislamiento económico: La víctima es aislada de su familia y amigos, lo que dificulta que busque ayuda.
¿Qué hacer si eres víctima?
Busca apoyo: Acércate a organizaciones como el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) o el 911, donde te pueden orientar sobre qué pasos seguir.
Denuncia: Presenta tu denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de tu estado o los Centros de Justicia para las Mujeres.
Documenta: Guarda recibos, transferencias bancarias, mensajes o cualquier prueba que muestre cómo se está controlando o manipulando tu dinero.
Infórmate: Conoce tus derechos y busca asesoría legal en instituciones de apoyo a mujeres.
¿Cómo prevenirla?
La prevención empieza por la educación financiera y la igualdad en las relaciones de pareja.
Hablar abiertamente sobre el dinero y tomar decisiones conjuntas es clave para evitar que el control financiero se convierta en abuso.
También es importante que las mujeres conozcan sus derechos y tengan acceso a recursos legales y de apoyo en caso de ser víctimas.