Se cumplen en esta semana 485 años de la fundación de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Querétaro, la hermosa ciudad virreinal capital del Estado de Querétaro, cuna del movimiento de independencia nacional y cuna de la Constitución que cumplirá el año que entra su primer centenario. Santiago de Querétaro, lugar del cruce de caminos de la Patria; lugar donde también el imperio de Maximiliano encontró su tumba y de donde resurgió la República. Santiago de Querétaro; la ciudad de las iglesias y de las hermosas campanas que con su sonido anuncian la llegada de la Virgen del Pueblito, la reina y patrona de la ciudad y que junto con el Apóstol Santiago la cuidan permanentemente. Santiago de Querétaro; la ciudad de la cantera rosada y de las grandes construcciones como el acueducto y como los grandes edificios que se encuentran en esta gran ciudad, antigua y moderna, y que es orgullo de la Patria Mexicana.
Había pensado hacer un pequeño estudio sobre la fundación de la ciudad, pero creo que muchos autores han tratado el tema de una manera extraordinaria, como por ejemplo en el libro ‘Fundación y evangelización del pueblo de indios de Querétaro y sus sujetos, 1531-1585’, del doctor Juan Ricardo Jiménez Gómez, nos habla a grandes rasgos sobre la fundación, la llegada de los españoles y sobre la decisión de ponerle el nombre de Querétaro a la ciudad. Por tal motivo, creo que sería de mi parte ocioso hablar sobre el tema cuando los especialistas lo han abordado de diversas formas y con diferentes aspectos.
Creo que es mejor hablar de lo que es la ciudad de Querétaro, tal y como lo comentaba al inicio de la presente colaboración, y es que la ciudad ofrece de todo: desde encontrar lo más tradicional hasta lo más moderno; desde estar en un partido de futbol en el hermoso estadio Corregidora hasta estar disfrutando un concierto en el Teatro de la República; desde comer unas enchiladas verdes en ‘La Mariposa’ o comer un guajolote en las fiestas del barrio de La Cruz, tan llenas de misticismo, de color y de tradición.
Es recordar las cabalgatas y los carros bíblicos de la Navidad Queretana, que no se compara con ninguna otra navidad y que se ve bien reflejada en el bello Heraldo de Navidad que cada año se publica como una gran obra literaria que vale la pena conservarse.
Hablar de Santiago de Querétaro es hablar de sus iglesias, de la gran cantidad de templos y conventos, de su catedral o de sus capillas; es hablar de la Virgen de Guadalupe en la Congregación o de los bellos retablos de Santa Clara y de Santa Rosa de Viterbo.
La tradición dice que el 25 de julio de 1531, el día en que se recuerda a Santiago el Mayor, apóstol de Jesucristo y patrón de España, tras una batalla en el cerro del Sangremal se sometieron los indígenas a los conquistadores y se fundó la ciudad que llevó el nombre de Santiago en honor del santo patrón de los españoles y con el adjetivo de Querétaro, quedando el hermoso nombre de Santiago de Querétaro, nombre digno de la fundación y que ha traspasado los siglos.
La historia de Santiago de Querétaro, no se puede entender sin la de sus hombres y mujeres que han forjado a este lugar. Nombres como los de Fernando de Tapia, de Nicolás de San Luis Montañez, de Josefa Vergara y Hernández, de Juan Caballero y Osio, de Josefa Ortiz de Domínguez, de Miguel Domínguez, de Epigmenio y Emeterio González, son parte de la historia de esta ciudad.
Hoy a 485 años de la fundación de la hermosa ciudad, cuyo Centro Histórico es Patrimonio de la Humanidad, recordamos el hecho del nacimiento de esta hermosa ciudad, que es orgullo de los queretanos y de los mexicanos; y nos preparamos para la celebración de los 500 años de vida de la noble ciudad. Felicidades a todos los queretanos, los de ayer, los de hoy y los de mañana, quienes hacen de este lugar un espacio más digno para todos.
Comentario al margen: Con un año más de vida, doy gracias por todo lo que tengo, por lo que he aprendido y por lo que comparto con mis amables lectores. Doy gracias por vivir en San Juan del Río y por ser queretano, porque seguro estoy que no existe mejor lugar para vivir que la tierra queretana.