Con motivo del Día Internacional de las Personas de Talla Baja, me permito preguntar, respetuosamente a usted apreciable lector, ¿sabe quiénes son estas personas?, ¿cómo perciben el mundo? y ¿cómo se integran en nuestra sociedad?
Me parece que tenemos muy poca información de las personas con discapacidad, siendo primordial conocer y adoptar una cultura incluyente en todos los ámbitos posibles. Como arquitectos, nos vemos obligados a comprender y diseñar desde esa perspectiva, ya que la arquitectura es también un compromiso social.
Hace unos meses, llevé a cabo una dinámica con mis alumnos en la que quise destacar que, además de llevar un adecuado proceso de diseño, es muy importante conocer para quién se diseña un proyecto, lo que resulta imprescindible para no crear una obra despersonalizada.
El ejercicio consistió en imitar la práctica cotidiana actual: una llamada telefónica de un desconocido, explicándonos sus necesidades para una casa nueva, como si fuese una receta de cocina: sala, comedor, cocina, habitaciones, estudio fotográfico, biblioteca, baños, cochera, etc.
Mis alumnos tendrían una hora para presentar un anteproyecto, ya que la clienta estaba en camino para conocer sus propuestas, y ahí estaba la trampa: la clienta es una persona de talla baja, lo que cambiaría completamente el panorama y criterios de diseño para los alumnos.
Amablemente accedió a contestar todas y cada una de las preguntas que respetuosamente le hacían los alumnos para ofrecerle el mejor diseño. En poco tiempo aprendimos bastante de su discapacidad para ofrecerle la mejor propuesta de vivienda no solo en diseño, sino también en funcionalidad.
Finalmente, dos semanas después, ella eligió los tres diseños que más le gustaron valorando el esfuerzo de los alumnos.
Comparto con todo gusto esta anécdota que ni yo sabía cómo terminaría, pero que sin duda fue totalmente enriquecidora para todos los que participamos. Invito a reflexionar sobre la diversidad de individuos que tiene una sociedad. Todos somos distintos y necesitamos espacios distintos. Traslado la reflexión del espacio individual al espacio urbano. Sin duda, al entender la diversidad de las personas, tendremos una ciudad mucho más humana y amable.