El pasado jueves se tuvo la presentación del libro “Templo Parroquial Santa María Amealco, Qro, de 1881 a 1910”, primera parte; un pequeño libro que contiene gran parte de la historia de uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Amealco de Bonfil, y que sin duda lo es su templo parroquial que es un icono en la imagen urbana de la ciudad, pero aparte un lugar de muchos sentimientos para los que son oriundos de ese lugar y para los que tenemos lazos familiares con esa ciudad.
No es mi intención hacer una crónica del libro, puesto que apenas lo tengo en mis manos, y solo he leído unos fragmentos, incluso, no tenía previsto asistir a la presentación, sin embargo, luego de un día complicado, difícil incluso, decidí ir a la presentación y literalmente me fui volando hacia Amealco desde San Juan del Río.
Me llamo la atención que la presentación fue en el mismo templo parroquial, el lugar de que trata el libro y no fue en algún lugar diferente. Llegando lo primero que vi fue una mesa con varios objetos, entre ellos, un misal, un manipulo, un bonete y algunos otros objetos, pertenecientes al Pbro. Francisco Velázquez, quien a finales del siglo XIX y principios del siglo XX termino este bello templo.
La presentación del libro la realizó el actual cura párroco de Amealco, el Presbítero Javier Cabrera e intervinieron el Maestro Raúl Rosillo, el Licenciado Felipe Muñoz y el Arquitecto Héctor Rodríguez, todos ellos con comentarios muy acertados sobre la obra y sobre la importancia del templo parroquial. Entre los datos interesantes me llamo la atención que uno de los maestros de obra del referido templo fue el maestro Higinio Ángeles, quien era oriundo de San Juan del Río, y que había realizado el ciprés del actual Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe y la decoración del referido templo en la época del señor cura Rebollo; pero además también el referido maestro de obras había sido uno de los responsables de la construcción de lo que actualmente es la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores en Soriano, Colón, Querétaro. Todos estos templos unas maravillosas obras de arquitectura y ejemplos de edificios que han quedado como testimonio de una época.
Cuando estaba en la presentación y observaba el templo, pensaba en todos los momentos que han sucedido en ese lugar, desde momentos de alegría, momentos de oración, momentos de emoción y momentos tristes; sería interesante solo meditar la cantidad de bautizos celebrados, la cantidad de matrimonios que se han realizado o la cantidad de funerales que han tenido lugar. Es un lugar donde la historia de nuestras familias, de nuestros antepasados, se han desarrollado en el marco de nuestras creencias religiosas y hoy en día sigue pasando lo mismo. No me queda que invitarlo a leer este pequeño texto e invítalos a que lo adquieran en la notaria del templo parroquial de Amealco, mencionándoles que todo lo que se recaude será destinado íntegramente a la obra de restauración que se realizan actualmente en ese bello lugar.