La vida en el espacio público sufrirá un cambio importante, la presencia de las personas hará la diferencia, vale la pena replantearnos cómo será la vida de la humanidad a partir de ahora
Raúl D. Lorea
Tras la esperada “Declaratoria de emergencia Sanitaria por causa de fuerza mayor a la epidemia generada por el virus COVID-19” por parte del Consejo de Salubridad General del país, se reconoció al coronavirus como una enfermedad “grave y de atención prioritaria”, decretando acciones extraordinarias en materia de salubridad general en todo el territorio nacional.
¿Qué significa esto?
Que finalmente el Gobierno federal reconoció a la epidemia como un problema de salud nacional y tomará cartas en el asunto para su atención prioritaria y, en suma con las acciones que ya se habían tomado con anticipación en estados y municipios, se buscará contener y erradicar dicha enfermedad en el país.
A todos nos afectan las medidas que se están tomando; sin embargo, no estamos en una situación de gravedad como en otros países y las acciones anunciadas son preventivas con el objetivo de evitar una situación que supere la capacidad de respuesta que pudiésemos tener como nación en todos los sectores.
Es muy importante mantenernos informados única y exclusivamente a través de las voces de las autoridades, ya sea por redes sociales o por medios de comunicación acreditados, de circulación nacional o de prestigio. No hacer caso de tanta información amarillista que se divulga hoy día sin un soporte documental o respaldo de algún medio de comunicación serio.
La vida en el espacio público sufrirá un cambio importante, la presencia de las personas hará la diferencia, vale la pena replantearnos cómo será la vida de la humanidad a partir de ahora y qué haremos para contribuir a nuestra salud y la del planeta.
En México podríamos hacer un cambio positivo en nuestras ciudades una vez terminada la contingencia, no solo en urbanismo, también como sociedad. Sigamos adelante por nuestro país, apoyemos a nuestra familia, nuestros vecinos, nuestros amigos, a quienes tienen un negocio, a quienes viven “al día”, porque no todos tenemos la fortuna de tener un empleo que se pueda desempeñar desde casa.
Desde aquí, externo mi sincero reconocimiento a todas y todos quienes no pueden quedarse en casa y siguen saliendo a dar todo por sus familias y por la sociedad. A México nadie lo para, cuidémonos entre todos.