El día de mañana, podemos ser víctimas de una afectación que atente contra nuestra dignidad
Sergio Arellano
No tan rápido, el esquema ideal es que la ciudadanía opte por medios conciliatorios o arbitrales para solucionar sus diferencias, esto con el objetivo de evitar “judicializar” todos los asuntos.
Pero la realidad es que le puede pasar a cualquiera. El día de mañana, podemos ser víctimas de una afectación que atente contra nuestra dignidad. Cuando suceden estos casos, tenemos la posibilidad de acceder a la orientación y defensa de los organismos autónomos o desconcentrados dedicados a estos temas para presentar una queja formal.
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Inclusive, está la oportunidad de denunciar ante los ministerios públicos, aquellos hechos que constituyan un delito. Sin embargo, estimada o estimado lector, le quiero comentar que, independientemente a los procedimientos que le comentaba en las líneas anteriores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que es posible demandar una reparación económica cuando tenga lugar una violación a derechos humanos.
Esto es importantísimo, porque a través de la vía civil, podemos evidenciar un daño patrimonial y/o moral; ahora con este criterio de la SCJN, estaríamos añadiendo el menoscabo hacia nuestra individualidad con un enfoque de compensación. En el supuesto de que el agravio haya sido efectuado por una autoridad, el alto tribunal mexicano ha establecido que deberá abordarse por la vía administrativa.
Este mecanismo especifico permitirá que las determinaciones judiciales contengan mayor rigor y dureza al momento de enmendar los ilícitos cometidos, así como una perspectiva integral para que, en la medida de lo posible, restablezcamos las circunstancias a su forma original.
Una de las bondades del sistema jurídico en nuestro país, es que la constitución -a raíz de la reforma del año 2011- armonizó todos y cada no de los procedimientos con una perspectiva pro persona. Ante los múltiples abusos en el debido proceso y al ser testigos de sentencias “blandas” hemos encontrado un equilibro en la balanza de justicia.
Esta es una invitación para quienes defienden a sus clientes en los juzgados; actualizarse en derechos humanos, permite abrir una puerta enorme en el proceso jurisdiccional. Quien decida violar la ley, deberá pensarlo dos veces.
