Alejandro Gutiérrez Balboa
Cuando un gobierno es rufián, siempre lo será, y se aliará a gobiernos similares. El uso de propaganda falsa o de la post-verdad es común entre ellos; una herramienta aparentemente eficaz, pero que si no se maneja bien, se torna en boomerang contra sus rufianes autores.
La Rusia de un Vladimir Putin muy disminuido no ha dudado en utilizar a nuestro país en su pugna contra los Estados Unidos. Anunció la supuesta firma de un acuerdo de cooperación satelital entre Rusia y México que incluía la instalación de un sistema de navegación GPS que incluye capacidades de espionaje. El actual gobierno mexicano lo ha desmentido.
Sin embargo, el mismo gobierno mexicano ha censurado la propuesta de postular al presidente ucraniano Volodymyr Zelenski al Premio Nobel de la Paz. Con ello, se coloca del lado ruso. Por un lado se niega condenar la invasión rusa a Ucrania y por el otro en el Consejo de Seguridad de la ONU se condenan los amañados referéndums rusos en las regiones invadidas y, con ello, la invasión rusa. Contradicción y falta de uniformidad en las relaciones exteriores.
Como represalia al ataque ucraniano al puente de Crimea, construido por los rusos después de haberse anexado esta península, Putin ordenó un ataque indiscriminado contra la capital Kiev. Además, en las regiones invadidas, los ucranianos han lanzado un contraataque bastante exitoso.
Así las cosas, dos gobiernos que mienten como instrumento de propaganda hoy miran cómo se revierten sus objetivos y quedan al desnudo sus engaños, sus debilidades, su corrupción y la ausencia total de valores, dejándolos en una situación de debilidad y un desprestigio internacional no visto anteriormente.
Jamás Vladimir Putin recuperará el prestigio que alguna vez logró en sus 22 años de gobierno. Su país hoy es visto a través de sus fallos militares, su corrupción, autoritarismo y el tremendo error de cálculo cometido al invadir Ucrania. No puede dar marcha atrás, pero tampoco lograr sus objetivos. La crisis energética en la que ha colocado a Europa al limitar los envíos de gas y petróleo lo señalan como proveedor no confiable.
Suerte parecida sufre el actual dirigente mexicano, al que ahora se ha descubierto su total falta de probidad, valor que vendió como su principal activo. Y los señalamientos, con todo y ser muy graves, son apenas el inicio, el fatal boomerang.