Tras los ataques terroristas contra una sala de conciertos en las afueras de Moscú el pasado viernes, surgieron muchas dudas sobre los actores, las motivaciones y los beneficiarios de la acción. No es la primera vez que terroristas islámicos atacan objetivos en Rusia. En octubre de 2015, ocurrió un atentado en el Sinaí, contra un vuelo Egipto-San Petersburgo, con un saldo de 224 muertos. El Estado Islámico (ISIS) se atribuyó el ataque.
Falló la inteligencia rusa, que desdeñó la advertencia del Gobierno norteamericano acerca de planes de un inminente ataque a reuniones masivas en Moscú. No se activó ninguna medida para proteger eventos públicos y los terroristas actuaron; no fueron molestados y lograron escapar. La detención de 11 sospechosos se dio posteriormente y lejos de la capital rusa.
De igual forma, hoy se sabe que el Estado Islámico ha lanzado una amplia campaña de reclutamiento de militantes en las exrepúblicas soviéticas de Asia Central, destacadamente Tayikistán, país de origen de al menos cuatro de los 11 sospechosos detenidos. Esto ha sido corroborado por agencias de inteligencia occidentales mientras las rusas parecieron no tener esa información.
Tayikistán es un país fronterizo con Afganistán, con infinidad de cruces sin control alguno entre ambos, y ahora ISIS ha colocado a Rusia entre sus blancos por el apoyo militar al Gobierno tayiko para controlar a los extremistas; por el apoyo al presidente de Siria, que los ha combatido, y a los talibanes de Afganistán, con los que ISIS sostiene fuertes pugnas.
Desde el punto de vista de los atacantes, este no fue el mejor de los métodos, por ser de los más arriesgados, y los beneficios para ISIS pueden no ser tan considerables, dependiendo del manejo que Rusia le brinde. Aquí surge la mayor de las dudas, porque Putin de inmediato acusó a Ucrania de estar detrás del ataque, al tiempo que incrementó los bombardeos sobre una amplia red de objetivos. Se ha sospechado que se pudo haber tratado de un autoatentado, para justificar el bombardeo indiscriminado a Ucrania.
Como sea, ISIS ha visto desarticulados varios proyectos de ataques terroristas en varios países (Irán, Alemania, Suecia y Turquía); el efectuado el viernes le puede dar dividendos ante los contratiempos que ha venido sufriendo y que le han mermado. Por cierto, a Tayikistán se le vendió el avión presidencial que aún se tiene que pagar.
MT