Para haber atacado a Irán en su consulado en Damasco, Israel debió haber contado con información de inteligencia respecto de las capacidades iraníes, en particular del nivel de avance de su programa nuclear. De otra forma, no se explica el ataque, toda vez que coloca la región al borde de la guerra abierta entre los dos países e involucrando a las grandes potencias. Era de esperarse la respuesta iraní, como es de esperarse la represalia israelí, no ocurrida en el momento de escribir estas líneas. Para entender el problema, es necesario subrayar varios puntos:
Irán no tiene el apoyo del mundo árabe, al pertenecer a una rama del Islam, el chiísmo, que es la contraparte del credo que sigue alrededor del 90 por ciento del Islam, el sunismo. Es, por decirlo de alguna forma, la división entre católicos y protestantes. Entre ellos, hay enemistad profunda. Por eso, Jordania apoyó el derribo en sus cielos de la mayoría de misiles lanzados contra Israel y Arabia Saudita cooperó con su fuerza aérea en el mismo propósito. Aliados de Irán dentro del Islam: solo sectores en Siria, las bandas terroristas de Hamás, Hezboláh y los hutíes de Yemen.
Irán no lanzó lo mejor de su poder sobre Israel, a pesar de lo ocurrido y que ya se conoce: 170 drones, 30 misiles crucero y 120 misiles balísticos. Los misiles balísticos, por lo general, son lanzados a grandes alturas y a mayores velocidades, mientras que los misiles de crucero viajan a alturas menores, a menor velocidad y pueden ser maniobrables, lo que hace más difícil su detección y derribo. Los drones son bastante más lentos. Israel presume haber derribado el 99 por ciento de los proyectiles lanzados sobre su territorio, junto con aviones y sistemas de protección norteamericanos, británicos, ingleses, franceses, jordanos y de Arabia Saudita; hoy, ya hace propaganda de las maravillas de su escudo, denominado Cúpula de Hierro, un conjunto de radares, ataques con aviones y misiles contramisiles, que urgentemente necesita vender a otros países para sufragar los enormes gastos de las guerras modernas. La sola noche del sábado, Israel gastó entre mil millones y 1.3 mil millones de dólares en su escudo. La propaganda israelí también es parte del conflicto. Solo reconoce siete impactos iraníes, supuestamente todos en una base aérea y con daños mínimos, y un solo herido.
Irán tiene 89 millones de habitantes; Israel, 10. El PIB de Irán es de 413 mil millones de dólares y el de Israel es de 525. El gasto de defensa de Irán es de 6.8 mil millones de dólares y el de Israel es de 23.4. A menos que Israel haya decidido apostar el todo para evitar que Irán tenga ninguna arma nuclear, la apuesta es muy riesgosa.
MT