Fernando Islas
El nacimiento del buen fin en nuestro país fue producto de la necesidad de aumentar el consumo de productos y servicios en la recta final del año, si bien las fechas decembrinas por naturaleza generan una derrame económica importante, la verdad es que en México no se tenía y me atrevo a decir que sigue sin existir un día como el afamado “viernes negro” en nuestro vecino país del norte, donde ofertas realmente atractivas son aprovechadas por los consumidores, que encuentran en esta fecha una oportunidad de adquirir aquello que durante el resto del año está fuera de sus posibilidades.
Desafortunadamente en México, las malas prácticas se han vuelto normales en el “Buen Fin”, desde tiendas que no quieres respetar promociones, hasta llegar a aumentar los costos de mercancía para que el ahorro solo sea una simulación. Por ello es que la Secretaría de Economía brinda datos donde se señala que el 88% de conciliación en reclamaciones fueron concluidas que el consumo promedio de quienes compraron en las 3 fechas fueron de $2500 a $10000. Esta secretaría también señala a grupo Wal Mart, Hewlett Packard, Soriana y Coppel como los proveedores con más reclamaciones en este ejercicio.
Si bien estas fechas reactivan la economía local, es necesario que la autoridad garantice al consumidor que no será víctima de cualquier clase de abuso por parte de una tienda o un proveedor, ya que esto origina una sensación de desconfianza que a la larga puede traducirse en un desinterés general en dichas fechas. Esperemos el próximo año existan regulaciones necesarias, para que las tiendas que brindan atención al consumidor, no incurran en faltas que terminen por desalentar a la población de participar en estos ejercicios que ayudan a nuestra economía.