Parte 2
En esta seguda parte hablaremos sobre las posibles soluciones que podemos tomar para poder constrir un entorno urbano más responsable, despues de la pandemia que vivimos en 2020.
Si bien esto ya se lleva a cabo, debería ponerse en el centro de la agenda, como un nuevo foco nodal de acción urbana. Es totalmente prioritario tomar decisiones que nos acerquen al balance en el uso de los recursos, pensar en usar energías renovables y sobre todo, tener muy presente que a través de la arquitectura y el diseño urbano podemos construir una ética que priorice la vida y eduque ciudadanos conscientes del potencial que tiene pensarnos en “relación con”, y no como seres desconectados de lo que sucede a nuestro alrededor, porque esa visión nos desresponsabiliza.
Otra de las cuestiones muy interesantes para pensar a raíz de la vida post pandemia, es la relación de las ciudades con el agua, ya que ésta es un activo cada vez más escaso y es fundamental para la vida. Los hábitos de consumo de cualquier recurso y la relación de esto con las infraestructuras sanitarias pueden marcar la diferencia entre un buen escudo protector frente a epidemias, o a la fatalidad.
La movilidad urbana fue otro factor que vimos cambiar a raíz de la cuarentena y de las restricciones impuestas a la sociedad para su socialización. Además de que en el periodo estricto de cuarentena se registraron niveles más bajos de contaminación del aire en diversas ciudades del mundo, a causa de la reducción de uso de los automóviles, también se ha comprobado que el uso de la bicicleta como vehículo urbano está a la alza, porque evita recurrir a medios de transporte colectivos donde el riesgo de contagio fue y es alto.
En este sentido, frente al potencial uso de la bicicleta como medio de transporte de manera regular, es fundamental plantear como prioridad en las agendas urbanas planear ciudades más amigables para los ciclistas, y dejar pasar la moda de las ciudades centradas en el uso del automóvil.
La complejidad de una situación como la vivida por el COVID19 despertó muchas preguntas a planeadores urbanos, arquitectos y la sociedad en general, abriendo intersticios donde, pueden y deben plantearse nuevos acuerdos, nuevas ideas, nuevas prioridades, para que el cuidado de la vida y el aprovechamiento óptimo de los recursos estén en el centro de la funcionalidad de toda urbe, con el objetivo de generar entornos cada vez más resilientes.
Lectura recomendada:
Romy Rojas Garrido.
Arquitecta queretana, egresada del ITESM Campus Querétaro, es presidenta del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano de México (CONARED), además lidera la empresa Urban Linked Culture “ULC” que fundó en 2013.
Es Maestra en Desarrollo Urbano y Vivienda en países en vías de Desarrollo por la Universidad de McGill, en la ciudad de Montreal, Canadá y Maestra en Valuación Inmobiliaria e Industrial por el Instituto Tecnológico de la Construcción.
En los últimos 10 años se desempeñó en el servicio público en el Gobierno del Estado de Querétaro, y fue la primera mujer Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas en la administración 2015-2021. Además de ser la primera presidenta de la Red de Secretarios de Desarrollo Urbano de México (REDSEDUM).