En 2024 concluirá la peor Administración en la historia de nuestro país. Por ineptitud o complicidad, el recuento de los fracasos es interminable.
Gracias a la estrategia de “abrazos y no balazos” y las amenazas del presidente de acusar a los delincuentes “con sus mamás y abuelos”, existe una enorme deuda en materia de procuración de justicia; hemos fracasado en la contención de la violencia y el delito. Al mes de julio de 2023, el presidente sumó 160 mil homicidios dolosos, superando al Gobierno de su antecesor. Además de que una de cada tres desapariciones de personas ha ocurrido en el Gobierno del presidente López Obrador.
Respecto a salud, el Ejecutivo federal prometió que, al concluir este sexenio, tendríamos un sistema de salud como el de Dinamarca. Para ello, desaparecieron el Seguro Popular y crearon el Insabi, bajo el argumento de que brindarían servicios de salud, medicamentos e insumos de manera gratuita a más de 50 millones de mexicanos sin seguridad social, pero este propósito quedó solo en buenas intenciones, pues nunca se asignaron recursos presupuestales suficientes para atender los servicios esenciales de salud y los de alto costo y complejidad que venía proporcionando el Seguro Popular. Padres y madres de familia cuyos hijos recibían tratamiento por distintos padecimientos, sobre todo por cáncer, se manifestaron varias veces exigiendo la continuidad de sus tratamientos y medicamentos, sin tener éxito alguno.
En materia económica, también falló. Dijo que acabaría con los pobres, que bajaría el precio de la gasolina y de la luz, y nada de esto pudo cumplir.
El endeudamiento también es histórico. La deuda pública es 50 por ciento más alta que en 2018.
Otra de las promesas del presidente fue el combate a la corrupción, así como un gobierno transparente y austero; sin embargo, su Administración será recordada por la casa gris, el millonario desfalco de Segalmex, los videos de su hermano Pío López Obrador recibiendo moches, los contratos a modo de su prima Felipa Obrador, así como por la compra de ventiladores de su Gobierno a un sobreprecio al hijo de Manuel Barlett, por mencionar algunos.
Aun cuando el presidente dijo que nadie estaría por encima de la ley y que respetaría la vigencia de las garantías constitucionales, las libertades y los derechos humanos; hoy enfrentamos una de las peores embestidas contra la democracia, nuestras instituciones y los organismos autónomos; pues el presidente ataca constantemente al INE y al Poder Judicial; además de que ha dejado inoperante al INAI, al no nombrar a cuatro de sus integrantes, por lo que no cuenta con cuórum para sesionar y garantizar el acceso a la información pública.
Urge corregir el rumbo de nuestro país y eso solo lo podemos lograr acudiendo a las urnas en 2024.