Enrique Álvarez
Tanto los analistas como los aficionados coinciden con que el mejor futbol se juega en Europa. La comunidad de futbolistas que alinean en el viejo continente y el poder económico que tienen hace que la balanza de la calidad se incline a esa zona geográfica. Y en esas lides México ha tenido 2 grandes representantes: Hugo Sánchez como máximo goleador continental y Rafael Márquez ganando de manera grupal todo torneo en el que participó.
Pero a pesar de tener torneos tan afamados como “Premier League”, “La Liga”, la “Bundesliga”, el “Calcio” y sobre todo la “Champions League”, la máxima vitrina en el futbol mundial es la Copa del Mundo. Ese torneo que enfrente a países de diferentes continentes y que es muy dispar en calidad es el máximo imán para los aficionados.
Y ahí, México también ha tenido un protagonista que brilló en la final de una copa del mundo: Edgardo Codesal.
Nacido en Uruguay, pero orgulloso mexicano por decisión, Edgardo representó a nuestra nación en la Copa Mundial de 1990, donde arbitró la gran final disputada entre Alemania y Argentina.
Además de su faceta arbitral, Don Edgardo es médico de profesión, y su preparación académica se nota en la manera en que se expresa. Hablar con él de futbol es escuchar a una persona que emite conceptos e ideas con una visión poco común en el medio futbolístico.
Pasar la tarde entre amigos hablando de futbol y teniendo al Doctor Codesal a la derecha rematando nuestros comentarios es un placer que pude vivir la semana pasada en el Hotel Casa Mateo de Bernal.
La compañía de Don Edgardo me confirma algo que siempre he tenido claro: el futbol no es solo deporte, pasión, gritos y desenfreno. El futbol es también análisis, conocimiento, y cultura.