Alejandro Gutiérrez Balboa
Uno de los aspectos menos conocidos de las dictaduras es su obsesiva pretensión de eliminar las creencias religiosas de los pueblos que dominan. Nicaragua padece una muy oscura página en este sentido, en que la Iglesia Católica está siendo perseguida implacablemente por la dictadura de los desquiciados Daniel Ortega y su mujer.
La noche del pasado 20 de diciembre, el obispo de Siuna, Mons. Isidoro del Carmen Mora Ortega, fue detenido y encarcelado, luego de celebrar el 99 aniversario de la diócesis de Matagalpa, cuyo titular, el obispo Rolando José Álvarez Lagos, permanece en prisión desde el pasado febrero acusado de “traición a la patria”. Y en Navidad, 14 sacerdotes y 2 seminaristas fueron secuestrados, lo que llevó a una congresista norteamericana a señalar a la “satánica mafia sandinista”, si bien la dictadura ya no tiene nada de sandinista.
Apenas el pasado 2 de enero, otro seminarista fue secuestrado, sin que se conozca el paradero de la mayoría de todos ellos. Esta nueva oleada es paralela a la reconfiguración de la anterior secretaría de gobernación nicaragüense, hoy ministerio del interior, anunciada para fortalecer el aparato de seguridad y defensa y para contrarrestar los “planes del enemigo”, esto es, la oposición en el país.
Rosario María Murillo Zambrana no sólo es la actual esposa del dictador Daniel Ortega, sino también es la vicepresidente de Nicaragua y la inspiradora de las medidas anticatólicas del régimen. Madre de 10 hijos de 4 parejas distintas, la mayor de sus hijas denunció a Ortega de haberla violado desde cuando tenía 11 años y lejos de haberlo repudiado, Murillo defendió a su actual esposo y descalificó a su hija.
Murillo, en palabras de Daniel Ortega, cogobierna en Nicaragua y es 50% presidente de ese país, por lo que es la corresponsable de la persecución. La señora, a decir de muchos testigos, invoca a fuerzas satánicas, se “protege” con decenas de anillos, pulseras, brazaletes y collares; utiliza la ouija para comunicarse con otros seres del más allá, sigue creencias esotéricas y ocultistas. Ha sido calificada por un dirigente de Costa Rica como la “segunda bruja más importante del mundo”.
Nicaragua es un importante santuario de mafias de narcotráfico y padece ya una dictadura dinástica, mientras el pueblo día a día sufre los estragos de la pobreza, la falta de servicios y la corrupción endémica del sistema, como en Cuba, Venezuela…