Alejandro Gutiérrez Balboa
Una nueva serie de draconianas medidas han sido anunciadas en Cuba, para nueva y adicional desgracia aplicada contra la población, ante el terrible fracaso del sistema. De nada han servido las limosnas vergonzantes del gobierno mexicano en petróleo, granos y alimentos, así como el de otros gobiernos; la dictadura cubana no tiene llenadera, porque el desastre que ha provocado es irreversible.
Como todo aspirante a demagogo y a dictador que se respete, la dirigencia cubana, junto a sus voceros alrededor del mundo, han acusado al “bloqueo” norteamericano como los causantes de la miseria y falta de desarrollo del país. Los edificios cayéndose a pedazos por el abandono y falta de mantenimiento son el monumento a la tiranía en la isla.
A partir del 1 de febrero, la gasolina aumentará 500% para el lote de carcachas que andan de milagro en Cuba. Esto, debido a la escasez y a que casi todo lo que vende el gobierno en Cuba es subsidiado, lo que ya se hizo insostenible. El año pasado la economía cubana se contrajo un 2% y la inflación se fue al 30%. También aumentarán la electricidad un 25% y el gas.
El peso cubano se ha devaluado frente al dólar y el turismo, una de sus principales fuentes de ingresos, tuvo una baja considerable. En Cuba hay hambre y ésta crecerá, porque cada vez hay menos alimentos; tampoco hay medicamentos, al menos desde hace décadas. En eso terminan las promesas de lograr sistemas de salud “como en Dinamarca”.
Es previsible el aumento del éxodo cubano, habremos de ver en nuestras calles de México tantos cubanos como vemos haitianos abriendo canales en el pavimento e instalando luminarias en las calles. Pero esto incrementará la presión migratoria en las fronteras y los roces con Estados Unidos, todo por seguir manteniendo una dictadura homicida, corruptísima e incapaz de lograr mínimos de bienestar para su pueblo.
Ya no bastan los 30 mil barriles diarios de crudo que la dirigencia cubana obtuvo de Rusia, ni las limosnas que de tiempo en tiempo le envían de Venezuela y sobre todo, de México. Ya no es suficiente la narrativa para ocultar y defender una dictadura que hoy sólo puede ser modelo para retrasados mentales. Poco a poco habrá que apretar la presión, para exigir apertura democrática y elecciones libres en Cuba, así como la vuelta a una economía de mercado.