El día de ayer 16 de febrero, se cumplieron cien años del nacimiento de una de las más grandes mujeres que han vivido en el suelo queretano, me refiero a la Maestra Esperanza Cabrera Muñoz, tan querida en San Juan del Río.
Hija de los señores Francisco Cabrera y Esther Muñoz, vivió desde pequeña en nuestra ciudad al lado de sus padres y de sus hermanos. Comenzó su estudios de piano a los cuatro años de edad, bajo la guía de su madre. Más tarde, la maestra Dolores Camacho la instruyó en sus primeros conocimientos de solfeo. A los cinco años interpretaba ya de memoria piezas de grandes compositores: Chopin, Mozart, Beethoven y Grieg; a los siete años, ofreció su primer concierto en la casa de Don Fernando Loyola y Fernández de Jáuregui, quien en ese momento era su maestro. A los catorce años, ofreció un memorable recital en la sala “Manuel M. Ponce” del Palacio de las Bellas Artes. Fue discípula de los célebres músicos: padre Cirilo Conejo Roldán, Fernando Loyola, Luis Balvanera y Arnulfo Miramontes.
Ofreció una gran cantidad de recitales y conciertos en diversas partes de la república. El día 7 de septiembre de 1952 se presentó como solista en un magno concierto, acompañada por la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional Autónoma de México en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, interpretando el concierto No. 1 para piano y orquesta, obra de su maestro Arnulfo Miramontes.
En 1953 contrajo matrimonio en la entonces Parroquia de San Juan Bautista, hoy Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe en San Juan del Río, con el señor Víctor Manuel Hinojosa Rodríguez, procreando seis hijos.
Concertista de profesión, mujer incansable y de una gran sensibilidad artística y calidad humana, dedicó también pare de su vida a la enseñanza musical en la Escuela de Bellas Artes, hoy Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro y en el Conservatorio de Música “J. Guadalupe Velázquez” de la ciudad de Santiago de Querétaro.
Fallece el día 24 de diciembre de 1979, cerca de las ocho de la noche, como consecuencia de un derramen cerebral. Al día siguiente, día de Navidad, fueron sus funerales en la Santa Iglesia Catedral de Santiago Apóstol en la capital de nuestro Estado. Desde el 22 de noviembre de 1996, sus restos descansan en el “Panteón de las Personas Ilustres de Querétaro”.
San Juan del Río, recuerda todavía que algunas casas de sus familiares en la calle de 16 de septiembre se inundaban en las tardes con su música y como era conocida en esta ciudad por su amabilidad y su sencillez.
Una escuela de educación preescolar y una calle en el fraccionamiento “Fundadores” de esta ciudad, llevan su nombre como un homenaje a esta gran mujer. Agradezco al Conservatorio de Música “J. Guadalupe Velázquez” y a su director, la información para la presente colaboración.
MT