Los Blanchet/Caldo de Cultivo
Las cosas están que arden en el mundo y nuestro país, al ser parte del mismo, no se libra de tan desastrosa situación. No existe lugar del globo terráqueo en donde reine un poco de paz. Bueno, podría ser Mérida, pero ahí las altas temperaturas son la constante y con tantas cosas que están pasando en el Universo (allá también se cuecen habas), -como el hoyo negro super masivo ubicado en el centro de una galaxia muy lejana (no la de Star Wars), que recientemente hizo erupción-, no dudaría que en cualquier momento vuelva a caer otro asteroide por Cancún.
El caos por el que atravesamos está muy intenso y va desde las guerras, la política, los chapulines, la pobreza, la sobrepoblación, las minorías, las mayorías, las que todavía no se inventan, los de izquierda, los de derecha, los de arriba, los de abajo, los del centro y pa´ dentro, los chairos, los fifís, los pensantes, los subnormales, los carnívoros, los vegetarianos, los veganos, los altos, los chaparros, en Facebook, en X, en Tinder (para muchos no encontrar pareja es un caos), en el Costco, cuando se pelean por los pasteles, pero el más preocupante es el cambio climático y las sequías, ya que en nuestro país están verdaderamente de miedo y a mucha gente parece no caerle agua al tinaco. De tan crítica situación, algunos responden que el que no haya agua es una situación política creada ¡por los adversarios!, como se publicó en TikTok.
¡Pero no hay que ir muy lejos para notar la inconsciencia! Ahora en Semana Santa, mis queridos vecinos del condominio donde resido vieron la tempestad y no se hincaron. Hubo un cierre general del liquido vital en la zona, lo cual me recordó a Iztapalapa, y lo primero que hicieron fue dirigirse a la bonita y grande alberca a echarse clavados, sacando más agua que ballenas en Baja California. Estuve a punto de correr a colocar cubetas alrededor de la piscina para generar un sistema de captación de aguas negras, porque con tanta gente ahí metida, eso fue un verdadero caldo de cultivo, y ante tal desperdicio, estuve a punto de crucificar a uno que otro, como lo hacen en mi tierra Iztapalapeña en estos días.
¿Hasta cuándo seguirá este caos? Me queda claro que los humanos lo generamos. ¿Podremos frenarlo? ¿Tendrá que venir otro Oppenheimer para terminar las cosas de tajo y empezar de ceros o cabrá la esperanza de que el eclipse del 8 de abril cambie algo?
Queda tiempo para las apuestas.
Retos ambientales
El anuncio de la posible instrumentación y aplicación de medidas de protección ambiental en Querétaro en la modalidad de restricción vehicular, causó sorpresa e inquietud en algunos usuarios de redes sociales, con la cual la capital del Estado estaría en una situación de alguna forma semejante a la de la CDMX en materia de contaminación atmosférica.
Y es que la contaminación del aire en nuestra ciudad no es algo nuevo. Recuerdo que hace veinte años, desde la ubicación de mi casa, notaba la presencia de una capa gris marrón sobre la ciudad por las mañanas, que variaba en densidad dependiendo de la estación. El problema ciertamente estaba identificado por las autoridades de entonces, sin embargo, la aplicación de una restricción a la circulación vehicular no fue considerada como necesaria. Dos décadas después, con el acelerado crecimiento de la población, del parque vehicular y de la planta productiva, inevitablemente llega la hora de dar solución al problema, incrementado este por el aumento de las temperaturas propio de la estación y la ausencia de viento y lluvia. Y si bien la solución programada no es el No Circula como tal que opera en la capital del país, sí involucraría una restricción selectiva de la circulación en casos de contingencia ambiental, de acuerdo al anuncio emitido por la Sedesu en la voz de su titular Marco del Prete.
Hagámonos a la idea de que estas medidas probablemente lleguen para quedarse en una ciudad ya convertida en una importante urbe que, por distinguirse nacional e internacionalmente por su calidad de vida y desarrollo económico, continúa en su imparable proceso de crecimiento.
Pero este no es el único reto que enfrenta el gobierno de Mauricio Kuri. La sequía que aqueja al país, y de manera especial a Querétaro en su segundo año, obliga a emplearse a fondo para surtir del vital líquido a la creciente y demandante metrópoli y a implementar soluciones de largo plazo que implican importantes dosis de compromiso y presupuesto, trabajos que ya están en marcha.
En el año 2011 Querétaro enfrentó dos años de sequía, la peor que se había presentado hasta entonces. La actual tiene visos de ser aún peor y las consecuencias en el país serían de pronóstico reservado. Sin embargo, el punto de importancia es el reconocimiento del problema para responder con soluciones, que aunque suene obvio, no es la conducta que se observa en otros estados ni en la capital del país, la cual enfrenta ya una crisis hídrica sin precedentes.
Sin sorpresas
A nadie sorprende a estas alturas que el alcalde capitalino Luis Nava aparezca una vez más en el primer lugar de los rankings de reconocimiento ciudadano en la categoría de presidentes municipales del país. El último publicado por CE Research lo ubica en ese lugar promediado durante el último año y medio. Durante su gestión, Luis alternó esa posición en diversas encuestas con otro alcalde del Estado, Roberto Sosa de Corregidora, quien se encuentra actualmente contendiendo por una diputación federal. Reconocimientos que sólo son el resultado de un trabajo enfocado y con resultados a la vista.
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