Pero, minimizar las fallas puede ser perjudicial a largo plazo para el propio gobierno. La transparencia, la rendición de cuentas y la disposición para corregir errores (lo que no ocurre) son esenciales para el buen funcionamiento de un gobierno y para mantener la confianza y el apoyo de la ciudadanía. En el caso del gobierno anterior y en el actual, minimizar hechos es producto de mentes para las que la realidad, patentizada en hechos y datos, importa menos que la construcción de un relato que los haga aparecer como los salvadores de la patria. Para ellos, los hechos no importan, lo relevante es el mensaje.