De norte a sur de América es visible la agitada situación que viven los países, sin importar sí son de extrema derecha o no, donde se busca cambiar a los mandatarios
Pedro L. Jáuregui
De norte a sur de América es visible la agitada situación que viven los países, sin importar sí son de extrema derecha o no, donde se busca cambiar a los mandatarios.
En Estados Unidos, la posibilidad de un juicio político contra el presidente Donald Trump es eminente por el abuso de poder y obstrucción de los poderes del Legislativo de acuerdo a un informe de la Cámara de Representantes, aprobado por el Comité de Inteligencia con el voto a favor de los demócratas, y en contra de los republicanos.
El abuso de poder de Trump al suspender la ayuda militar aprobada a Ucrania mientras no anunciara públicamente una investigación, la hiciera o no, contra el hijo de su máximo rival en las encuestas para la presidencia en 2020, el demócrata Joe Biden.
Con ello buscaba minar la integridad del proceso de elección del presidente de su país, y ponía en peligro la seguridad nacional y que era conocida por varios funcionarios de alto rango de su Gobierno, entre ellos el secretario de Estado, Mike Pompeo, el de Energía, Rick Perry, quien renunció por esta situación, y el jefe de Gabinete, Mick Mulvaney.
La segunda, y no por ello menos importante, es que Trump “ordenó y llevó a cabo una campaña para ocultar su conducta a la opinión pública”.
En Colombia, después de tres semanas, las marchas continúan, tras no presentarse ningún acuerdo durante la primera reunión sostenida entre la Presidencia de la República y el Comité Nacional del Paro, donde las partes reiteraron que quieren llegar a un acuerdo, pero existen discrepancias sobre los temas que se trataran.
El Gobierno quiere que el diálogo se haga sobre temas generales y los representantes de los marchantes buscan plantear 13 peticiones puntuales. Mientras tanto, en Venezuela, el dictador Nicolás Maduro señaló que la reunión que efectuaron los 15 países que hacen parte del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en Bogotá, para analizar la crisis de su país, fracasó, y que el presidente colombiano, Iván Duque, es ridículo y un ‘porky’ (cerdo).