Lograron lo impensable: hacer que Pemex fuera aún menos rentable de lo que ya era
Kike Mireles
De chile: Lograron lo impensable: hacer que Pemex fuera aún menos rentable de lo que ya era. l año pasado, la petrolera perdió 346 mil 135 mdp, 91.8 por ciento más que en 2018 ¡91.8 por ciento!
Prácticamente el doble. Nombre… qué bueno que dijeron que iba viento en opa el rescate, porque si no, imagínense, tienen el don del rey Midas pero invertido; todo lo que tocan, lo convierten en polvo. Eso sí, polvo de bienestar, dicen.
De mole: Ponchito Romo fundó en 2007 Enerall, empresa que en los últimos 10 años obtuvo concesiones para explotar agua subterránea de más de 15 mil hectáreas para uso agrícola en la Península de Yucatán.
En pocas palabras, se está acabando la selva; y aunque dejó la empresa cuando se unió al equipo de AMLO en 2018, la empresa es administrada por su carnal. ¿Dónde andan los defensores del lago de Texcoco? Pues obvio, calladitos.
El daño es tan grande que incluso arrasaron con un cenote de más de 5 mil 500 metros, y la Profepa, ni sus luces.
¿Se acuerdan cuando Carlos Urzúa renunció a la Secretaría de Hacienda acusando a Romo de conflicto de intereses? Pues ahí está uno más claro, y no que el agua, porque ya se la acabó.
De pozole: El discurso de acabar con la corrupción nada más no termina de encuadrar. Fíjese nada más: se detectó que durante el primer año de gobierno, 92 dependencias otorgaron 561 contratos a 171 empresas con apenas un año de existir, el 71 por ciento de estos contratos por adjudicación directa. Dedazo pues… Adivinen ¿quién es la campeona en este sector?, pues claro: Anita Guevara de la Conade.
Fíjense que nuestra campeona otorgó contratos a empresas con menos de dos meses de antigüedad, y en donde incluso figura como socia María de Lourdes Karime Balut Escartín, exasistente de Ana en el Senado y que actualmente trabaja en el equipo de Manuelito Bartlett.
Les digo. Son unos cínicos. El postre: Rosario Piedra, titular de la CNDH, no solo brilla por su ausencia en temas de violencia contra la mujer, sino que, aunque ya ganaba más que el presidente –cosa según prohibida–, ajá, decidió que era buen momento para aumentarse el sueldo.