Según, Horst Bussenius C., director de Psicología UNAP, “la autoconfianza es el convencimiento personal para realizar con éxito una determinada tarea, misión o, bien, elegir la mejor alternativa cuando se presenta un problema”.
El auto concepto (el concepto que tienes de ti mismo/a) se va formando desde la niñez. No nacemos con autoestima (un buen concepto de ti mismo/a), simplemente vamos adquiriendo conciencia de quiénes somos y aceptamos con amor a la persona en quien nos vamos convirtiendo. Somos prototipos, en continuo cambio y mejora continua. El aprendizaje nos lleva a vernos cada día en el espejo de manera diferente.
Este mismo auto concepto nos da confianza en nosotros/as mismos/as.
Lo opuesto, a la falta de confianza en sí mismo/a, genera que la persona no tome decisiones o enfrente nuevas situaciones, generalmente actúa en codependencia, es insegura, pide opinión para realizar alguna acción, no emite un punto de vista diferente al ya establecido, aunque sus ideas sean brillante, teme expresarla.
La persona segura de sí misma se considera una persona valiosa, que posee capacidades y habilidades al mismo nivel o similar que los demás. Se considera una persona con una autoestima sólida, y no está condicionada por el entorno ni por los demás. Esto también se traduce en que, no anda buscando a cada rato aprobación de los demás.
La persona segura cuestiona el entorno, no de una manera negativa, ni para atraer la atención, sino para plantear con honestidad sus propios puntos de vista, que pueden ser un aporte.
La persona segura de sí misma también es capaz de tomar desafíos y asumir riesgos, de jugársela por lo que cree o lo que siente justo. Así, sus posibilidades de vivir nuevas experiencias se ven acrecentadas, permitiéndose, un mayor crecimiento personal y reafirmando su forma de conducirse.
Cuanto más vas adquiriendo experiencia, autovaloración, reconocimiento y afirmación, refuerzas tus sentimientos de seguridad personal y autoconfianza.
La autoconfianza a veces se ve amenazada por las creencias limitantes, esos pensamientos encargados de limitar nuestras acciones, para que no realicemos algo fuera del área segura o diferente. Un ejemplo, de creencia limitante es creerme y decirme que soy una persona incapaz, fea o lenta. Mis acciones estarán limitadas a no ver personas guapas e inteligentes porque no se fijarán en mí, pues mi auto concepto es pobre, escaso y limitado. Así que solo me fijaré en personas que se fijen en mí y no intentare conocer a aquellas personas que valen todo la pena contactar.
La autoconfianza se ve limitada por tus pensamientos, y todo concepto que decidas tomar como real y absoluto sin cuestionar. Esas son las creencias. Te invito a que este fin de semana te des el permiso de ser un poquito o un mucho desvergonzado/a y pongas en reto tus pensamientos limitantes. Te des permiso de ir un poquito más allá y sueñes, que es lo que te gustaría alcanzar, realizar, hacer y por alguna razón u otra, llamada excusa, juicio o limitante no haz realizado. El tiempo, el dinero y el qué dirán entran dentro de las excusas, porque cuando una persona desea algo con todo su corazón, encuentra los medios para materializar lo que quiere y lo logra.
Te deseo un desvergonzado fin de semana y muchas acciones basadas en tu autoconfianza.
Por: Ely Machado
La autora es Master Coach