No son pocas las investigaciones que se realizan sobre los efectos de usar las Redes Sociales, por jóvenes y adultos, aunque en nuestro país solo contamos con unas cuantas, sobre todo las referentes a las problemáticas que se suscitan al interior de las familias. Por ello la preocupación y el interés de los padres de familia por conocer la forma de acompañar y proteger a sus hijos de los muchos peligros que el internet ofrece. Bueno, hablo de temores más que de ventajas pues las consecuencias por delitos cibernéticos suelen ser angustiantes.
Cuando los menores tienden a navegar por internet, la actitud natural de los padres es querer saber lo que hacen y advertirles de posibles engaños. Sin embargo, parece que los padres son los menos preparados en cuanto al conocimiento de tecnologías y de habilidades para manejar algunas de las tantas Redes Sociales: Faceboook, Twitter, correo electrónico, Instagram, Hi, Youtube, Vimeo, WhatsApp, Messenger, Blog personal, Tuenti, Google+, Snapchat, SimSimi, LINE y otras más. Aunado a esto, los padres suelen ser el principal problema de los menores dada las restricciones, castigos, prohibiciones y sanciones que suelen aplicar. Nada más terrible para un adolescente el tener bloqueado el acceso a esta “importante herramienta de comunicación y socialización juvenil” por más de 24 horas.
No debemos negar que el internet ofrece la oportunidad para encontrar entretenimiento, amistades, educación, comunicación y el participar en diferentes foros escolares, sociales, familiares, políticos y hasta religiosos. Su uso debe estar sustentado en la honestidad y en la responsabilidad de los participantes, quizás más en los jóvenes que en los infantes. ¿O a la inversa? Aquí el primer dilema.
Según los estudios, variables como la edad, el sexo, el nivel escolar, la preferencia religiosa y el cursar en escuela pública o privada, pueden contrastar resultados sobre los usos y abusos de Redes Sociales en diversos escenarios de la población. Así son las investigaciones, pero en éste rubro, nos instala una gran interrogante para decidir cómo actuar en el ámbito de la prevención: ¿son las características de personalidad las que inciden en un mal uso de las Redes Sociales o éstas son las que afectan el comportamiento de los usuarios?
Según algunos estudios, el uso de Redes sociales influye negativamente en la afectividad de los usuarios, llevándolos a estados de insatisfacción, infelicidad, intolerancia, soledad, depresión y amargura; altera el comportamiento siendo agresivo, antisocial, aislado y con menor capacidad de autocontrol. Las actitudes que se ponen en dilema son la seguridad, la autoestima, el estrés y la asertividad, pues los beneficios de un buen uso se refleja al a elevar sus niveles. Por supuesto, quien no tenga la habilidad para navegar adecuadamente por las Redes Sociales, estos tendrán un resultado negativo.
No todo está escrito en Redes Sociales. Hasta hace años éstas eran satanizadas y hoy en día se han encontrado muchas ventajas. Pero es importante actualizar indicadores para detectar los riesgos y daños que nuestra juventud pueda sufrir y no tener que lamentarlo después.
Por: Juan Carlos García Ramos, Psicólogo Clínico
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