La carrera por la presidencia de México inició el pasado domingo con el primer debate. Debemos reconocer que el INE le dio un giro a los anacrónicos debates con un formato nuevo y fresco que interesó a la sociedad mexicana.
Nos permitió conocer la personalidad de los candidatos ante el público y sus argumentos. La gente aún comparte impresiones de lo sucedido. Lamentablemente, seguimos esperando propuestas claras de los cinco candidatos en los dos próximos debates.
Cierto es que los nuevos debates son reveladores y la televisión genera percepciones difíciles de revertir. Y así fue.
El puntero no supo explicar su proyecto de nación. Le faltaba tiempo para hilar ideas y cuando arrancaba, le cerraban el micrófono en una muestra de poca retórica. En ocasiones, tenía la mirada en los zapatos. Ocupado, buscaba algo en una mochila llena de hojas desordenadas; sin encontrarlo.
Por momentos, tenía las manos en las bolsas y la corbata desalineada, las comisuras de la boca hacia abajo. Los contrincantes lo atacaron, se veía incómodo. Montoneros. Cuando pierde le hacen complot y cuando va ganando, le echan montón. Vaya cosa.
Tal parece que el ejercicio democrático lo hizo perder su valioso tiempo porque se retiró sin despedirse de nadie, por no decir que huyó por piernas. Se le olvidó que era observado por millones de votantes. Al final del día, el primer debate lo dejó herido, pero no en la lona.
El siguiente debate será el 22 de mayo en Tijuana y será más difícil que el primero. Que lo vaya asimilando: los demás candidatos lo van a volver a atacar. Aunque no le parezca, es lógico. Por esa misma razón escribo de él y no del quinto lugar. Por eso hay memes y spots en su contra.
Dicen los que saben, que la crítica que recibe un presidente es incomparable con la de un candidato. Es exponencialmente mayor.
El debate de Tijuana tendrá público que podrá formular preguntas a los candidatos. La audiencia le va a hacer preguntas concretas que tendrá que contestar claro y conciso. Veremos cómo se comporta con la ciudadanía.
Si en el primer debate no había tiempo para pegar estampitas del mundial, en el segundo menos. Craso error.