El día de hoy me gustaría compartirles cómo es para una persona con talla baja su proceso de adaptación y cómo es que se va dando cuenta de que tiene una condición distinta a la de los demás.
Como bien es cierto, tanto la aceptación como la autoestima nunca serán estáticas ni al 100 por ciento, ya que siempre se tienen cambios físicos y emocionales que se deben ir trabajando, especialmente cuando hablamos acerca de la discapacidad, ya que en este tema se torna el doble de complicado, principalmente por los estereotipos.
Para las personas con talla baja, la aceptación de la condición no se llega hasta no verse reflejado en alguien más y eso se logra literalmente hasta que alguien con la misma condición está frente a ti. Mientras tanto, uno no se hace consciente de dichas diferencias ni aunque se vea en fotos o videos con alguien mucho más alto. Lo único que se puede alcanzar a percibir es que los demás tienen algo diferente, no la persona misma.
En mi caso, siendo la única en toda la familia con dicha condición, y no habiendo visto a nadie así , a los 14 años fue la primera vez que tuve la oportunidad de ver no solo a una persona de talla baja, sino a más de 3 mil personas reunidas en un mismo lugar y fue complicado, ya que en ese momento sólo salí corriendo y me fui llorando a algún lugar donde pudiera estar sola, pero afortunadamente mi papá estaba conmigo y buscó a una familia que me pudiera apoyar. A partir de ese momento, encontré mi manera de cargar mis pilas para el día a día y vencer las adversidades que la vida te presenta. Finalmente, uno no ve su realidad hasta que se ve reflejado en la vida del otro y eso mismo es lo que pasa en nuestro caso.
Afortunadamente, de forma anual se realiza un congreso internacional y otro nacional, los cuales son los únicos espacios en donde asisten especialistas en el tema, te actualizas, convives y obtienes diversas herramientas para mejorar tu vida tanto física como emocionalmente.
Es cuestión de buscar opciones y no quedarte con los brazos cruzados, como lo decía el Dalai Lama. “Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar”.