El ataque de los rebeldes hutíes de Yemen en contra de las instalaciones petroleras de Arabia Saudita es un operativo característico de guerra asimétrica
Alejandro Gutierrez Balboa
El ataque del sábado de los rebeldes hutíes de Yemen en contra de las instalaciones petroleras de Arabia Saudita es un operativo característico de guerra asimétrica y sus efectos pueden ser graves para la economía mundial.
El grupo atacante se llama Ansarullah o partidarios de Dios y es una milicia yemení que ya derribó al Gobierno de ese país y hacerse del poder, aprovechando la primavera árabe ocurrida en varios países y desatando una guerra civil que lleva 16 años, surgió como oposición a la guerra norteamericana contra Irak y para favorecer los intereses de una minoría chiita en el país, la tercera parte de la población; se inspiran en Hezbollah de Líbano, ambos apoyados y armados por Irán y cuenta con unos 100 mil hombres en armas.
El Gobierno derrocado era afín a Arabia Saudita, quien recientemente se involucró en la guerra civil de su vecino bombardeando posiciones hutíes con lo que agravó aún más la oleada de matanzas civiles, refugiados, migraciones y hambre en la población yemení.
El bombardeo del sábado fue efectuado por 10 drones con explosivos y afectó dos de las mayores refinerías sauditas así como su mayor depósito petrolero, reduciendo la producción de uno de los mayores productores petroleros del mundo a la mitad.
Si bien las exportaciones inmediatas no se verán afectadas, dadas las reservas con que Arabia Saudita cuenta en varios países, ni ha podido controlar los incendios ni será rápido reparar los daños. Arabia es el país que más ha gastado en la adquisición de armamentos de primera generación en los últimos años, convirtiéndola en una potencia militar regional; en tanto Yemen es el país árabe más pobre.
Nada de esto pudo detener los ataques, incluso, los drones volaron más de mil kilómetros dentro del espacio saudí. En cinco meses han ocurrido tres ataques, pero el del sábado fue el más dañino. Tanto Saudiarabia como Estados Unidos ya señalaron a Irán como causante de los ataques y se aprestan a tomar represalias.
Ellos sí pueden bombardear donde les plazca sin temor a represalias, pero he aquí que un minúsculo grupo, casi insignificante, ha golpeado el corazón de la potencia petrolera que abastece el 10 por ciento de la producción mundial, afectando su columna vertebral económica y financiera.
Las consecuencias pueden muy bien ser un disparo en el precio del barril, lo que impactará en la economía planetaria, arrastrando a muchos países en la recesión mundial tan temida. Claro ejemplo de la vulnerabilidad de los grandes.