Cada año, tan solo en EUA, el viernes después del Día de Gracias más de 100 millones de personas invaden las tiendas con la esperanza de adquirir productos a precios de ganga
Abel Mejía
Cada año, tan solo en EUA, el viernes después del Día de Gracias (‘Thanksgiving’, que es siempre el cuarto jueves del mes de noviembre) más de 100 millones de personas invaden las tiendas con la esperanza de adquirir productos a precios de ganga.
Este se ha vuelto un día crítico para los comercios, particularmente para los minoristas, siendo que en promedio cada persona gasta al menos mil dólares. Tanto es el incremento en ventas que los comercios en EUA se ven obligados a contratar alrededor de 500 mil trabajadores temporales para este día.
¿De dónde viene el nombre de ‘Black Friday’?
La explicación más común es que el concepto hace referencia a que antes de esta fecha las cifras de los comercios están en números rojos (negativos), y después de dicha fecha –claramente consecuencia de los precios descontados que se dan y del furor consumidor– pasan a ser números negros (positivos).
Pero parece que esta es solo una explicación comercial que ha buscado asociar el concepto a algo positivo, y que el verdadero significado hace referencia a eventos no tan agradables como (i) la crisis financiera del viernes 24 de septiembre de 1869 o (ii) una denominación peyorativa que utilizaba la policía de Filadelfia para describir a los aficionados no blancos que asistían al juego de futbol americano entre la Marina y el Ejercito de EUA de ese día.
En fin, la gran mercadotecnia comercial de EUA ha logrado que ahora el nombre ampliamente solo se asocie con las ofertas atractivísimas de este día. ¿Está para quedarse el ‘Black Friday’? Difícil de saber.
Claramente es un evento que se ha expandido alrededor del mundo, pero de diferentes maneras y generando importantes resistencias en diversos países. Por ejemplo, el comercio electrónico está teniendo un claro efecto sobre el mismo, siendo que ahora el ‘Cyber Monday’ (que es el lunes que sigue al ‘Black Friday’ y donde las ofertas se dan solo vía digital en internet) logra ventas superiores a las realizadas por los comercios en plataformas físicas tradicionales.
Por otro lado, diversas organizaciones ecologistas y laborales han iniciado acciones de boicot y ejercido recursos legales para bloquearlo física y jurídicamente bajo la bandera de que genera sobreconsumo y que, derivado de las ventas en línea, ya no se generan trabajos adicionales, sino que se suprimen puestos en las tiendas.