Hace unos días recordamos el aniversario 60 del fallecimiento del muy ilustre señor canónigo don Cirilo Conejo Roldán
Francisco Pájaro
Hace unos días recordamos el aniversario 60 del fallecimiento del muy ilustre señor canónigo don Cirilo Conejo Roldán, quien fuera gran músico queretano, pero además compositor, maestro de muchas generaciones y director de la Escuela de Música Sacra de la Diócesis de Querétaro, además de que a él se debe la creación del Conservatorio José Guadalupe Velázquez de la ciudad de Santiago de Querétaro.
Muchas de sus composiciones al día de hoy se siguen interpretando y son una verdadera joya en la cultura musical que Querétaro ha dado al mundo.
Este aniversario nos lleva a recordar la importancia de la música sacra y que ha sido creada en nuestro Estado, si bien es cierto que muchos conocemos las grandes composiciones de extraordinarios maestros, como Bach, Mozart y otros, y que incluso muchas de esas obras son desconocidas para nosotros y algunas parecieran ser obligatorias en algunas celebraciones, la música sacra queretana es una de las mejores y con más prestigio en el mundo entero.
Desde los hermosos, sencillos y muy queridos cantos de los evangelizadores que al día de hoy se siguen entonando como el ‘Alabado’ que se atribuye a Fray Antonio Margil de Jesús, que evangelizó gran parte de nuestro actual estado y que en muchas celebraciones este maravilloso canto se entona, hasta las grandes composiciones que han realizado maestros de la talla del padre José Guadalupe Velázquez Pedraza, quien fundara la Escuela de Música Sacra, las composiciones de don Agustín González, o qué decir del ya mencionado padre Cirilo Conejo Roldán, o más reciente del profesor Eduardo Loarca Castillo o las actuales composiciones del Padre Benjamín Vega Robles o del maestro Juan Carlos Malagón, hacen que la música sacra de nuestro estado este en un nivel de importancia internacional. Si bien es cierto, la música sacra ha sufrido un detrimento en su calidad, después del Concilio Vaticano II, y hoy escuchamos en muchas celebraciones religiosas, cantos sin sentido, mal entonados o con instrumentos que dejan mucho qué desear, todavía en nuestro estado conservamos mucho de lo que los grandes maestros de la música queretana han realizado