Raúl Lorea
Las ‘casas clavo’ surgieron en China tras la modificación al marco jurídico que antes permitía al Gobierno desalojar a quienes vivieran en algún edificio o vivienda que impidiera la construcción de un proyecto de mayor escala, dejando a sus habitantes prácticamente en la calle y sin la más mínima remuneración o compensación por ello.
Con ese cambio en las leyes, se permitió que los propietarios de casas o edificios pudieran rehusarse a vender en favor de un desarrollo o proyecto mayor, ya sea por convicción o por esperar un pago justo por su propiedad.
Con el tiempo, las inmobiliarias comenzaron a presionar construyendo alrededor de la casa que no cedía, dejándola como ‘el último clavo por martillar’, a veces con hostilidades como excavaciones muy profundas, sin agua potable, sin drenaje y/o sin energía eléctrica.
Estas casas se convirtieron en un símbolo de resistencia contra el Gobierno chino y los empresarios que buscaban adueñarse de la propiedad para construir sus grandes proyectos.
Algo similar al caso retratado en la película ‘Up’.
En Querétaro no he visto algún caso de ese tipo, pero sí recuerdo algo ‘similar’ que se resolvió hasta la Administración municipal 2015-2018: el punto del bulevar Bernardo Quintana Norte en la esquina con calle Huitzilopochtli, cerca del fraccionamiento Las Azucenas, donde la circulación vehicular y peatonal se veía interrumpida por un predio donde habitaban algunas personas, justo al centro de donde pasaría la vialidad.
¿Usted conoce alguno similar?