El aumento en productos alimenticios ‘para llevar’ también aumenta los residuos de sus empaques, embalajes y contenedores
Seth Pérez
Los tamales que este 2 de febrero muchos mexicanos incluiremos para desayunar, comer, cenar o como una parada en la oficina, son un gran ejemplo de un alimento que no genera residuos. El tamal, en lugar de reciclar su embalaje, tiene una hoja de tamal que es biodegradable y con ello ayudamos al medioambiente, aunque no mucho a nuestra salud si excedemos su ingesta. ¿Por qué?
El aumento en productos alimenticios ‘para llevar’ también aumenta los residuos de sus empaques, embalajes y contenedores. El tamal le puede ganar a muchos otros alimentos por la facilidad y utilidad de su empaque. Ayuda a mantenerlo caliente, se puede comer sin cubiertos y sobre todo el residuo es orgánico. Un verdadero reto es emular la naturaleza para crear productos que son el desecho de unos, que se conviertan en el alimento de otros y el tamal es un ejemplo ancestral sobresaliente.
Diseñar productos que puedan emular al tamal o cuyo desecho sea más fácil de regresar a otro proceso con el menor gasto de energía, ayudará a mejorar nuestro medioambiente. ¿Usted cómo puede ‘tamalizar’ sus productos para que el empaque, embalaje y contenedor sea biodegradable?