Elsa Ontiveros
El metaverso y la realidad virtual parece ser algo lejano, sin embargo, muchos de los niños y niñas con acceso a computadoras (debido a pandemia) seguramente tienen una cuenta en Roblox. Los inmuebles en el metaverso causan gran especulación como inversión, en este mundo virtual, los terrenos sirven para desarrollos de casinos, museos en donde se vende arte digital, bancos (JP Morgan abrirá uno en Decentraland), arenas para poder llevar a cabo conciertos y hasta renta de oficinas. En el último caso, la pandemia nos mostró que muchas personas pueden trabajar si tienen una computadora e internet disponible, por lo que las oficinas en realidad virtual (VR) son lugares que podemos seguir sentándonos cerca de nuestros compañeros de trabajo para poder tener conversaciones y reuniones de manera mucho más integral que por videollamadas, ya que técnicamente es una combinación de experiencia inversiva que varia entre realidad virtual y realidad aumentada. El mundo virtual ha crecido desmesuradamente, para contexto de tamaño, Querétaro tiene una población estatal (incluyendo zonas rurales) de más de 2 millones de personas; un concierto que se llevó a cabo en Roblox fue atendido por más de 33 millones de personas al mismo tiempo, reunidas en este metaverso. Existen otros metaversos como Decentraland, hay parcelas (de 15 x 15 metros generalmente) que llegan a costar más que un terreno en el mundo no virtual, así mismo los gráficos especulativos presentan que si bien los precios han bajado, la tendencia a largo plazo es alcista. Todas las transacciones de compra y venta se llevan a cabo bajo el sistema de cadena de bloques lo cual lo hace un sistema seguro. Se calcula que para el 2024, 34 millones de personas habrán adquirido un equipo para realidad virtual, así mismo se calcula que se generarán más de 10 mil trabajos relacionados con el metaverso en los siguientes 5 años, según Web Earth. En estos mundos, se compra con monedas o tokens bajo cadena de bloques similares al bitcoin.
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