Moisés Carbajal Marron
El desarrollo de una mentalidad emprendedora en nuestra comunidad es uno de los grandes retos del país para lograr la transformación de nuestro entorno de manera positiva. Según algunos estudios de emprendimiento, una de las áreas de oportunidad es lograr transmitirla desde etapas tempranas, en particular, la educación básica.
Sin embargo, el punto de partida es lograr un entendimiento común del concepto como tal. Emprender no se refiere solo a la creación de empresas, si no que hace referencia a todo el proceso que esto conlleva, como, la detección de oportunidades, levantarse ante el fracaso, la obtención de recursos, la tolerancia a la ambigüedad, entre otras también llamadas “habilidades blandas”. Es por ello que esta mentalidad nos lleva a sortear los obstáculos para poder llevar a cabo nuestros proyectos, iniciativas o retos personales que nos plantea el día a día y estos pueden ser tanto dentro de una organización (intra-emprendimiento) como fuera de ella.
En fin, el desarrollar una mentalidad emprendedora nos brinda herramientas para poder superar los fracasos, para estar dispuestos a entrar en un mundo desconocido, para conseguir recursos de los cuáles no dispongo aún y sobre todo a materializar un sueño que hoy en día es solo eso, un sueño. Imaginen que sería de nuestra sociedad si tomamos acción para llevar a cabo iniciativas emprendedoras en donde el impacto positivo en el entorno forme parte de nuestro propósito superior. ¡Estaría genial! ¿No creen?
MT