Sergio Arellano/Asesor en Derechos Humanos
@siarellano5
En unos cuantos días, estimada o estimado lector, se llevará a cabo la compra compulsiva más esperada del año. CONDUSEF ha compartido algunas lecciones que no podemos desestimar como por ejemplo, comparar los precios entre varias tiendas, no endeudarse con extensos pagos a plazos y verificar dos veces los sitios para efectuar transacciones electrónicas derivado de los múltiples fraudes cibernéticos. Ahora bien, lejos de preguntarse si vale la pena o no, adquirir determinado artículo y/o servicio, me gustaría apuntar otro cuestionamiento para su reflexión.
¿Cuántos comercios han visto con el distintivo del #BuenFin? Esto se los comento por dos razones. Primero, existen ciertos negocios que no se encuentran regulados por la autoridad y sus precios tienden a ser ilusorios, en otras palabras, previo a la celebración de este fin de semana de rebajas, aumentan sus precios para después bajarlos y quedar en su precio original engañando al consumidor quien piensa que está tomando una súper oferta; provocando un perjuicio patrimonial. En un segundo aspecto como compradores y compradoras, tenemos el deber de revisar el padrón de comerciantes que si han cumplido los lineamientos de la Secretaría de Economía al igual que los requerimientos del SAT para ser merecedores del distintivo del #BuenFin. Como último consejo, si es que llegan a identificar alguna anomalía o irregularidad en las promociones y descuentos de los ofertantes en los días 18 al 21 de noviembre del año en curso, la instancia competente para conocer esta situación es la PROFECO. Quien, a través de sus procedimientos de queja, tiene facultades para solucionar conflictos entre particulares y aquellos negocios que oferten determinado artículo o servicio. Promovamos la cultura del comercio justo y la activación económica.