Mario Maraboto
¿Qué tienen en común los siguientes hechos?
- En la primera semana de julio 2023, se han registrado diversos accidentes en las distintas carreteras de México, los cuales han dejado una gran cantidad de heridos y muertos.
- Desafortunado incendio que cobró la vida a dos obreros dejó varios lesionados, y marcó la vida de más de 300 que laboraban en la plataforma Nohoch Alfa.
- El colapso de la estructura elevada de la Línea 12 del Metro provocó la muerte de al menos 23 personas.
- Al momento de ingresar al elevador tuvo la desafortunada suerte de sufrir una falla en el mecanismo y a pesar de los esfuerzos del personal médico, terminó con su vida.
Al igual que muchos otros desafortunados eventos, los anteriores tienen dos factores en común: uno, latente y poco considerado ident5ificado como falta de mantenimiento, y el otro visible reflejado en muertes o, en el mejor de los casos, en lesiones, como consecuencia del primero.
Por ejemplo, carreteras en las que se une la falta de mantenimiento al pavimento y señalizaciones con la falta de mantenimiento de los trasportes, especialmente los de carga y pasaje, o falta de mantenimiento en instalaciones de alto riesgo lo mismo que en todo tipo de estructura y en aparatos eléctricos o electrónicos. Parece que los responsables de su operación y mantenimiento olvidan que con el paso del tiempo las máquinas, los equipos de trabajo y las instalaciones, pueden empezar a deteriorarse tanto por desgaste o envejecimiento como por fallas en diseño, fabricación, instalación y operación, que se acentúan por la falta de mantenimiento.
El mantenimiento preventivo se realiza de manera rutinaria para reducir la posibilidad de fallas, y se hace cuando equipo o instalaciones están en buenas condiciones, antes de que ocurra una falla. Desde luego, implica una inversión que, idealmente, debe estar presupuestada anualmente; mientras más antiguo y uso intensivo tenga un equipo o instalación, mayor deberá ser la inversión en mantenimiento.
Lamentablemente bajo la creencia nunca demostrada de que muchos de los servicios y programas gubernamentales eran semillero de corrupción, el actual gobierno determinó trabajar bajo una “austeridad republicana” que se tradujo en desaparición de organismos y servicios y en la reducción de presupuestos especialmente en algunas funciones como el mantenimiento, que no luce públicamente pero que sí propicia manipulación de presupuestos y corrupción para asignar dicha labor a empresas afines o creadas al efecto.
Tal parece ser el meollo del reciente accidente en un hospital del IMSS en Playa del Carmen en el que falleció una pequeña de 6 años. El servicio de mantenimiento se asignó por “licitación” a una empresa (Sitraven) creada al inicio de este sexenio y que ha obtenido otros contratos del propio gobierno; en el caso de los elevadores, su cotización fue del doble de la de una empresa centenaria de gran experiencia y, ante el accidente en el hospital trató de evadir su responsabilidad. Todo esto huele a la corrupción que dice el presidente que ya no existe.
Es criminal que, por la limitación presupuestal que se presta a cochupos (acuerdos deshonestos) en trabajos de mantenimiento se termine con la vida de seres humanos ante la impasividad del gobierno. ¿Quién pagará en el caso del hospital del IMSS? ¿Llegará a prisión el responsable?
Aun cuando su contrato vence, según el IMSS, el próximo 31 de diciembre, Sitraven buscó en principio deslindarse, al igual que el Director del hospital, hasta que la propia institución aclaró que su contrato vence el próximo mes de diciembre.