Raúl D. Lorea
En redes sociales me hicieron llegar una imagen planteando un cuestionamiento interesante: ¿por qué se inundó cierta calle si está en pleno cerro?
La respuesta es muy simple: se trata de una calle que en ese tramo se vuelve horizontal e incluso genera un pequeño “vado” que permite la acumulación de agua cuando se bloquea la única torrentera que construyeron en ese punto.
Aunque la inundación no fue de peligro, sí provocó que se cerrara la circulación, lo cual desató la ira de todo conductor que ve obstaculizado su camino.
La cantidad de agua impacta en cada “encharcamiento” grande en las calles queretanas, pero sigue presente el cuestionamiento ante la latente crisis de agua potable: ¿qué haremos con tanta agua que se acumulará en los enormes cárcamos de la Av 5 de febrero?
Es urgente desarrollar un estudio de ingeniería donde se genere un ciclo positivo y sustentable de aprovechamiento del agua que, si bien, en esas condiciones no es potable, sí podría llevar un proceso que permita darle un uso para bien del ecosistema y de funcionamiento de nuestra ciudad.
No sé usted, amable lector(a), pero me siento intranquilo sabiendo que estamos dejando ir cantidades impresionantes de agua pluvial sin darles un aprovechamiento.