Alejandro Gutiérrez Balboa
De manera increíble e inesperada, el gobierno peronista de Argentina ha sufrido una humillante derrota ante una oposición dividida, de la que destaca un político diferente, con un mensaje y un proyecto viable y esperanzador frente la debacle económica y corrupta de unos dirigentes que han postrado Argentina.
En efecto, el peronismo representado por la coalición denominada Unión por la Patria y que integra lo más representativo del peronismo que han liderado los Kirchner, junto a partidos y organizaciones de todo el espectro de izquierda, lanzó la candidatura del ministro de economía Sergio Massa. Quedaron en tercer lugar, con el 27.27% de la votación.
En segundo lugar quedaron 2 candidaturas de una misma coalición denominada Juntos por el Cambio, que representa un ala heredera de la vieja Unión Cívica Radical mas la corriente del expresidente Mauricio Macri y que no logró plena unidad, por lo que presentó 2 candidaturas, la de la ex ministra de seguridad con Macri, Patricia Bullrich y la del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Entre los dos juntaron un 28.27% de los votos.
El gran triunfador es Javier Gerardo Milei, un economista pro libre mercado y de actitudes no convencionales, que ha llamado la atención, sobre todo por no surgir de la clase política. Mal hablado, agresivo, disruptor, Milei ha trazado un programa para resolver el desastre económico del gobierno peronista, que ha encabezado la presidencia argentina lo que va del siglo XXI, salvo los 4 años de Mauricio Macri. Su coalición, denominada La Libertad Avanza, alcanzó el 30.04 de los votos. Un gran activo de esta coalición es la persona que va en la fórmula para la vicepresidencia, Victoria Villarruel, que se ha destacado en la denuncia de todas las atrocidades cometidas por las guerrillas de la época de la denominada guerra sucia argentina, ha documentado gran cantidad de atentados y actos terroristas cometidos por ella y la enorme corrupción de las reparaciones en metálico que el gobierno peronista les ha otorgado, hasta a muchos que ya habían muerto.
Lo que sigue es la elección general del 22 de octubre, en la que deberá alcanzarse el 45% de los votos o el 40% con un 10% de mayoría sobre el segundo lugar. Si esto no se logra, irán a una segunda vuelta los 2 punteros el 19 de noviembre.
El mensaje es alentador: se puede derrotar democráticamente la demagogia y la corrupción populista con candidatos frescos, ajenos al partidismo y con proyecto.