Enrique Álvarez
Hace 2 días un video se hizo viral. El coach del equipo infantil mexicano que participa en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas 2023 fue grabado dando un gran mensaje a uno de sus jugadores durante su juego contra Japón.
El equipo mexicano perdía 2-1. Japón tenía hombres en base y el pitcher mexicano se sentía en aprietos. Francisco Fimbres, coach mexicano se acercó a su pitcher y le dijo: “¿Qué pasa si te pega homerun?” “Nada” dijo el pitcher. “Exactamente. No pasa nada. Diviértete un ratito. Tu eres buen pitcher. Tu eres mejor. Tírame unos strikes”. Y cerró pidiéndole que sonría.
En esencia, el deporte es diversión. SI bien su naturaleza marca que haya un ganador y un perdedor, su principal objetivo es la diversión.
Este discurso que dio el coach Fimbres a su jugador debería servir de base para inculcar cultura deportiva a los jóvenes y a todo ser que se haga aficionado al deporte.
¿A que viene todo esto? A que seguimos viendo violencia y peleas en las tribunas de los estadios. Un gran sector de la afición al deporte no entiende que por principio de cuentas es diversión y espectáculo. Su naturaleza lo transforma en competencia, pero no por ello debe tomar tintes de guerra.
Hace pocas semanas vimos una persona apuñalada en un juego de la selección mexicana en Estados Unidos. Vimos peleas de mujeres en estadios americanos. Y seguimos viendo rivalidades llevadas más allá de la diversión en las tribunas mexicanas.
El cambio en las gradas no lo logrará la aplicación que implementó la Liga Mx. Tampoco lo ha logrado la dura ley norteamericana. El cambio vendrá de la educación y de los valores que tengamos.
Educación + Valores + Cultura son el camino; no solo en el deporte, sino en la sociedad en general.