Hoy comienza el novenario de preparación para la Solemnidad de la Navidad, el recuerdo del Nacimiento de Jesucristo, el Dios hecho hombre, que vino al mundo para la salvación de los hombres. Un acontecimiento histórico, que sin duda marco el devenir de la humanidad. Como preámbulo a la preparación de este acontecimiento, nos preparamos con la celebración de la novena correspondiente que en México le llamamos: “posadas”.
Fue Fray Diego de Soria, religioso de la Orden de San Agustín del convento de Acolman, quien obtuvo del Papa Sixto V, la Bula correspondiente para celebrar unas misas en el Virreinato de la Nueva España, llamadas de “aguinaldo”, y que tenían como característica principal que se realizaban en las tardes del día 16 al 24 de diciembre para preparar la Navidad. Posterior a la misa, se tenían las representaciones de las llamadas “pastorelas” para evangelizar a los indígenas, el romper piñatas y el pedir mediante una procesión en los atrios de los conventos la “posada” para los santos peregrinos, María y José.
Las celebraciones se engalanaban con cohetes, con luces de bengala y con comida, ya que estas celebraciones coincidían con las fiestas en honor de Huitzilopochtli, que eran de gran tradición en las culturas indígenas.
Es así como durante mucho tiempo “las posadas” se quedaron en el interior de los conventos y de las iglesias. En los años treinta del siglo pasado, comenzaron a celebrarse en las vecindades y en algunas casas, más con un sentido de convivencia, que religioso.
Es hasta los años cincuenta del siglo XX, cuando en San Juan del Río, a iniciativa del Padre J. Manuel Pérez Esquivel, quien organiza las primeras posadas en las calles de nuestra ciudad y salen del templo parroquial para que las familias sanjuanenses organizaran esta tradición que se ha mantenido hasta la fecha.
Hablar de las posadas en San Juan del Río, es hablar de una tradición que une a las familias del centro de la ciudad, pero que también une a muchos visitantes que participan en el rezo del Santo Rosario y la tradicional petición para que tengan un lugar donde descansar los Santos Peregrinos, cuyas imágenes son portadas por los vecinos de la calle en donde se realiza, para que al termino de la misma, los vecinos salgan a repartir ponches, buñuelos, tamales y una diversidad de alimentos que se comparten.
Es así como San Juan del Río, se prepara a la celebración de la Navidad, en el marco de esta celebración festiva, llena de entusiasmo y de unidad que se desborda en las calles de esta virreinal ciudad.
MT