Miguel Flores/Lo bueno, lo malo y lo peor
LO BUENO
Una alianza funcional y útil requiere que todos los involucrados participen y jalen parejo para el bien común del proyecto. Esto lo ha entendido bien el diputado federal ‘Felifer’ Macías quien desde que se anunció como aspirante a la presidencia municipal de Querétaro también se identificó como un “alianciasta”. Desde entonces se ha sentado a la mesa con priistas, panistas y cualquier otro perfil que sume a su proyecto político. El más reciente aliado, el exgobernador priista Pepe Calzada, hará campaña a favor del panista. Lo nunca antes imaginado, Pancho Domínguez y Pepe Calzada, haciendo campaña juntos para un proyecto común, lo logró el diputado.
LO MALO
Más allá de las fuertes críticas y cuestionamientos que hizo ‘Felifer’ al entonces gobernador José Calzada, las diferencias naturales entre el PRI y el PAN no han quedado diluidas, de hecho, en la alianza son aún más notorias, por lo que el trabajo de los candidatos que competirán con varios partidos en su espalda será el de convencer a los electores que el agua y el aceite sí pueden convivir sin necesidad de mezclarse.
LO PEOR
Las alianzas siempre tienen contras, entre ellas: las coloquialmente llamadas facturas o cuotas políticas, los descontentos que rechazan la alianza y los desplazados que no encuentran opciones en su partido por impulsar al candidato de otro color. Cuando algunas de estas no llegan a buen puerto de negociación surgen fracturas y divisiones, y no hay nada peor que tener al enemigo en casa. Algo que deben tomar en cuenta todos aquellos candidatos que compitan por dos o más partidos en alianza.