Una de las tendencias de los últimos tiempos es la regionalización de las economías. Un ejemplo de ello es el T-MEC que articula las economías de América del Norte, compuesta por Estados Unidos, Canadá y México. Este intercambio comercial implica potencializar los recursos.

Algo muy parecido se sigue gestando en la región con la alianza Centro-Bajío-Occidente, en la que participan Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro. Dicha alianza conformada desde 2019 y consolidada en los últimos años, está orientada a potenciar los recursos y ventajas estratégicas de la región.

Al ser una zona en la que impera la industria automotriz y metalmecánica, la necesidad de implementar políticas públicas acorde a los intereses de los pertenecientes a la alianza se vuelve un imperativo.

Por ello, los esfuerzos para consolidar una plataforma de negocios para vincular empresas con la cadena productiva de la región se erigen como una ventana hacia la reactivación económica y la consolidación de la región como potencia económica.

En otro orden de ideas, tras concluir la veda electoral debido a la Consulta Popular del pasado domingo, los gobiernos reactivan la difusión de sus actividades. Prueba de ello es la preparación de alcaldes rumbo a su tercer informe de actividades.

Esta semana, el alcalde de Corregidora, Roberto Sosa Pichardo, alista la rendición de cuentas del último periodo, en el cual cerrará un trienio y comenzará los preparativos para el siguiente, al haber sido reelecto hasta 2024.

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