Los graves problemas de las sociedades modernas en cuanto al cumplimiento de normas es la falta de valores humanos. Grandes expertos de la ciencia jurídica como H.L.A Hart, Dworkin, Habermas, Perelman, Atienza, Raz, entre otros connotados filósofos del derecho, han analizado desde universidades como Oxford, Cambridge, Stanford, la ineficacia del derecho a través de la imposición de normas jurídicas que su único esquema de cumplimiento es la sanción, como es el caso de nuestro sistema de derecho en México, originario tradicionalmente del Derecho Romano. Se ha enseñado que debemos de utilizar la sanción: multas, arrestos, embargos, detenciones, como la forma efectiva para que la sociedad cumpla el estado de derecho, poniendo como ejemplo los grandes postulados de Hans Kelsen, hoy día ya superado.
Pareciera que no entendemos con razones y lo único a lo que sí hacemos caso es al castigo. Lo que nos ha fallado es seguir utilizando una medida obsoleta y arcaica del cumplimiento del derecho, ya que no es la sanción el mecanismo que debe hacerlo efectivo, sino su convicción. Por ejemplo, pongamos el caso de no tirar basura en las calles, es ridícula la sanción que existe al respecto, además de que difícilmente encontraremos a la autoridad en el momento preciso para ejecutarla. Hay casos inclusive que si la sanción es en dinero, quien tenga el poder económico alto podría darse el lujo de pagar esa y muchas multas más. La nueva visión jurídica va encaminada a la convicción, esto es no es la multa la respuesta al problema o legislarlo todo, sino enseñar a la sociedad que es el único lugar que tenemos todos para vivir y debemos de cuidarlo, ya que aquí vivirán nuestros hijos y nuestros nietos. Hace falta educar y hacer conciencia en los valores humanos como el respeto, la dignidad, la justicia, la conciencia, la caridad, la prudencia, conceptos que ya no se toman en cuenta en las escuelas y universidades, así como dentro del seno familiar. Es increíble que en varios regímenes políticos de nuestro país tomaran como política desaparecer en la educación pública y privada, asignaturas de ética, civismo, valores humanos. Jamás lograremos proteger a la sociedad con leyes que son ineficaces y con procedimientos obsoletos. Los académicos nos hemos pronunciado en que eduquemos en esos valores humanos y hagamos entender la causa y efecto, que mencionaba Merton, desatacado sociólogo. No es tarea difícil si actuamos de manera coordinada escuelas y universidades, gobierno y familia. Generemos un cambio real como lo está haciendo de manera muy atinada las empresas privadas al certificarse como socialmente responsables, cumpliendo con las novedosas reglas del gobierno corporativo, sustentadas principalmente en una identidad propia como lo son su: misión (quienes somos), visión (a donde quiero llegar) y valores (pilares de mi actuar: respeto, atención al público, compromiso, honestidad). Es cierto que la educación no se preocupa solamente de objetivos prácticos, sino también con valores.
“Nuestros objetivos nos aseguran el material de nuestras vidas, nuestros valores hacen posible nuestra vida espiritual”, Mies Van Der Rohe.
Por: Sergio Arellano Rabiela