Por estas fechas ya se encuentra en proceso la ‘gestión’ política para la aprobación del presupuesto que se ejercerá en 2018 por los municipios y el Estado. Parte del proceso lo lleva la Legislatura local, que tendrá el papel de valorar y aprobar las propuestas de cada municipio.
Resultaría interesante conocer a detalle los criterios que se toman para proponer obras y proyectos, ya que es de todos sabido que no siempre obedecen a necesidades sociales o criterios técnicos. Mucho tiene que ver la política.
En obra pública, hay mucho por hacer, el trabajo nunca se acaba y las acciones siempre son insuficientes, pues la ciudadanía siempre tendrá demandas que requieren ser atendidas. Parte del problema es que pocos municipios cuentan con áreas o entidades de planeación a las que les permitan realizar un trabajo objetivo sin tintes políticos.
Aquí viene lo interesante, desde hace algunos años se creó un sistema de consejos ciudadanos, tanto en estado como en municipios, que poco ha logrado incidir en las decisiones de obras y proyectos, pues la comunicación gubernamental, como bien se ha visto, no es del todo honesta y transparente al momento de someter a valoración sus propuestas.
Durante la última sesión del Consejo, donde participo, se tocó el tema brevemente y algo que dejo para la reflexión es que ‘siempre vamos un paso atrás’ en la gestión de obra pública. No es tan sencillo como solicitar drenajes, agua potable, electrificación… El tema va más allá, relacionado con una verdadera planeación de infraestructura y comprendemos que efectivamente no se toma la decisión en un lapso breve, pues inciden múltiples criterios.
A lo que voy, nuevamente, hago una invitación a todos los actores políticos que estén proponiendo obras y proyectos para que escuchen a sus áreas de planeación, de diseño de proyectos y que divulguen con la sociedad lo que están proponiendo. A veces los proyectos son más grandes que las personas que los promueven y debemos tener la humildad de quedarnos con el mérito de ser la primera piedra que edificó un gran proyecto, sin egos pero con el objetivo de impulsar las cosas para que se logre el fin principal, que siempre debe ser el beneficio de la sociedad.