La frase atribuida a Porfirio Díaz: “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, sigue tan vigente como el primer día. Contrario a los dichos de Trump, la relación comercial entre México-Estados Unidos ha sido fructífera para todos y los números lo constatan. El problema es que México tiene una dependencia total y adormecedora con EUA, afectando nuestra apertura comercial con el mundo. Actualmente, la región de
Norteamérica es una incógnita. A pesar de lo anterior, Querétaro se ha dedicado a la atracción de inversiones europeas desde hace más de 30 años. Ha sido un arduo y constante trabajo de diversos gobiernos y sociedad. La relación comercial Europa-Querétaro no es nueva, ha perdurado y cada vez existe mayor interés entre las partes. La ubicación del estado, la mano de obra especializada y el trabajo de diversas administraciones han generado confianza en Europa traducida en inyección de capitales.
De acuerdo con el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía, Querétaro tiene 188 empresas de Alemania, 10 de Austria, siete de Bélgica, 179 de España, 40 de Francia, 52 de Italia, 47 de Países Bajos, siete de Portugal, 27 de Reino Unido, 18 de Suiza y ocho de Suecia, lo cual nos da un total de 583 empresas europeas que trabajan diariamente en Querétaro.
En 2017, Querétaro recibió una Inversión Extranjera Directa (IED) de EUA por 309 millones de dólares; el dato relevante es que Alemania inyectó la misma IED. Canadá aportó una IED de 104 millones, pero España, Francia, Países Bajos, Suiza, Suecia e Italia ingresaron casi la misma IED.
Europa y Querétaro ya se conocen; la relación no ha decepcionado. En mayor o menor medida, Querétaro siempre tendrá fuertes lazos comerciales con empresas de Estados Unidos y Canadá, pero Europa juega como un socio comercial con la misma importancia.